CLASE N° 1


  1. HERRAMIENTAS CIENTÍFICAS PARA EL ANÁLISIS SOCIAL

Ciencia. Vulgarización de la ciencia en la economía política. Teoría. Hombre y naturaleza. Consideraciones previas. La Filosofía: Materia y/o espíritu. Materia y espíritu. Materialismo: ¿cuál? El Materialismo Dialéctico. El cerebro. Qué es el marxismo-leninismo. Ciencia especial. Qué es el materialismo dialéctico. Realidad objetiva. Naturaleza. Unidad. Materia. La conciencia. El reflejo. La vida. Las sensaciones. El pensamiento. El trabajo. Pensamiento y lenguaje. Conciencia y pensamiento. Qué es el materialismo histórico. Ley. Esencia y fenómeno.


Ciencia.

Las ciencias son esferas de las actividades humanas que se proponen el estudio de los objetos y procesos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, sus propiedades, relaciones y procesos sujetos a leyes.

En el diccionario de la lengua española se define a la ciencia como el “conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales”.

El significado de la palabra “ciencia” es equivalente a “conocimiento”, pero no todos los conocimientos pueden considerarse científicos. La experiencia habitual de la vida, los conocimientos adquiridos sobre la base de la simple observación y la actividad práctica no pertenecen a la ciencia. No pasan de ser una descripción de hechos y procesos donde descubrimos o se nos revelan aspectos puramente externos.

Si nos paramos en la madrugada de cualquier día mirando hacia el este podremos observar cómo desde el horizonte comienza a elevarse el sol. Horas después podemos también observar cómo el sol desaparece en la línea del horizonte que se observa al oeste. Entonces afirmamos: “el sol sale por el este y se oculta por el oeste” Es lo que observamos, no es lo que realmente ocurre, Es la manifestación externa de un fenómeno distinto.

Ese “ver” lo que ocurre, esa observación “real” y repetitiva hasta el infinito, llegó a que durante siglos se pensara que la tierra era plana y el centro del universo. Que todo giraba alrededor de ella.

El conocimiento científico comienza solo en el momento en que, detrás del conjunto de hechos, se descubre el desarrollo regido por leyes y por las relaciones generales y necesarias entre éstas, que permiten deducir y explicar por qué determinado fenómeno se produce de esa forma y no de otra, y permite también predecir el comportamiento posterior de dicho fenómeno.

La ciencia no está constituida por un simple conglomerado de conocimientos sobre hechos y leyes, sino por un conjunto de conocimientos que conforman un sistema donde hechos y  leyes se encuentran vinculados entre sí por determinados nexos y se condicionan mutuamente.

Si ahora nos paramos en el muelle de un puerto viendo zarpar a un barco, observamos como éste, al alejarse, va desapareciendo de nuestra vista, haciéndose cada vez más pequeño. Pero si observamos con detenimiento veremos que lo primero que desaparece de nuestra vista es el casco y lo último el mástil. Parece hundirse, pero no se hunde. Esta simple observación, si somos curiosos,  nos lleva a preguntarnos: ¿Por qué no desaparece proporcionalmente?

El desarrollo de una ciencia se realiza elevándose (de una simple recopilación de hechos aislados, por medio de la observación, de su estudio y del descubrimiento de sus procesos por medios de leyes), a una teoría científica, lógicamente estructurada que explica los viejos datos ya conocidos y predice nuevos hechos.

La exactitud del conocimiento científico se determina no solo por su forma lógica de demostración, sino por su obligatoria verificación en la práctica, en la observación y en el experimento científico.

Al desentrañarse las leyes objetivas de los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor, la ciencia los expresa en conceptos y esquemas abstractos, que deben concordar rigurosamente con la realidad.

El surgimiento y desarrollo de la ciencia está condicionado por las necesidades de la producción material, por las necesidades del desarrollo de la sociedad. A su vez, la misma ciencia influye de manera sustancial en el desarrollo de la producción, al descubrir nuevas propiedades desconocidas de la naturaleza, nuevos materiales, nuevos métodos para elaborarlos, nuevas fuentes energéticas, nuevos valores de uso.

La presencia y papel de la ciencia en la producción y en la vida de la sociedad crece continuamente y se convierte en una fuerza productiva directa ya que la producción actual requiere, cada vez más e inevitablemente, la utilización práctica de métodos científicos de investigación y desarrollo, aún cuando los utilizados no hayan perdido su rendimiento.

El conocimiento científico, el desarrollo de la técnica y de la ciencia, es producto exclusivo de la mente humana, es consecuencia del trabajo tanto intelectual como físico, Trabajo humano que se acumula históricamente en conocimientos, experiencias y nuevas teorías. La ciencia es, en síntesis, trabajo humano intelectual y físico acumulado históricamente.

Aristóteles (384 - 322 antes de nuestra era.) realizó observaciones y estudios entre los seres vivos de donde efectuó diversas clasificaciones. En historia de los Animales, en un apartado, se refiere a los modos de locomoción y escribe: “Entre los animales unos tienen pie, otros no. Y, entre los que tienen, unos tienen dos, como el hombre y las aves (los únicos), otros cuatro, como la lagartija y el perro, y otros todavía más, como la escolopendra y la abeja. Pero todos ellos tienen los pies en número par.” (Aristóteles “Historia de los Animales” Editorial Akal 1990)  ¿Razonamiento sencillo y obvio?... Para nada: a este enorme tratado se lo considera el origen de las Ciencias Biológicas.

 Vulgarización de la ciencia en la Economía Política:

Decenas de publicaciones, libros, artículos, folletos encaran, desarrollan y analizan distintos aspectos de la economía. Se los utiliza en colegios, academias y universidades, con mayor o menor presencia. Dichas publicaciones reniegan a otorgarle a esos estudios o investigaciones (que contienen y exponen), el nivel científico que debe imperar; en síntesis: vulgarizan la ciencia.

Esa vulgarización no es casual, no es consecuencia de un olvido, no es una óptica “distinta”. Esa vulgarización responde a intereses económicos concretos, responde a la necesidad de no desentrañar la verdad, de ocultarla o, en lo mejor de los casos, de desarrollar verdades aisladas, inconexas, que es una forma un poco más sutil, pero no por ello grotesca, de ocultar la realidad.

Si la economía política fuese tratada como ciencia por los economistas burgueses, tanto por los apologistas como por los críticos, deberían reconocer que, como toda ciencia, existen leyes que surgen de la observación, del razonamiento y de la historia, “leyes definidas que no se pueden ni burlar ni torcer”, como advertía el Che en su discurso del 1º de enero de 1959.

Los economistas que investiguen y desarrollen la economía haciendo uso de  herramientas científicas y confrontándolas con la realidad cotidiana, cualquiera sea la ideología que profesen esos economistas, llegarían a idénticas conclusiones, como por ejemplo, que es el productor (es decir: el trabajador), a través del trabajo, físico y/o intelectual, vivo y/o pretérito, el único que genera riqueza. Que es su fuerza de trabajo, física y/o intelectual, directa y/o indirecta, lo que da valor a las mercancías producidas, ya que las materias primas originales utilizadas no poseen valor, están en la naturaleza desde millones de años antes de que el hombre surgiera, a la espera de que ese hombre aplicara su fuerza de trabajo para arrancarla de ella y utilizarlas para fabricar mercancías que contenga valor de uso, es decir, un valor que satisfaga alguna de sus necesidades como ser humano.

Deberían determinar, con precisión, que ese valor que le otorga el trabajo a los bienes extraídos de la naturaleza y transformados en mercancía, se expresa en el mercado en un precio, que ese precio contiene un valor agregado sobre los valores de las materias primas y maquinarias utilizadas (sobre su costo); valor agregado que se divide en dos partes: una que se imputa como salario y la otra, que es varias veces superior a lo que el trabajador (vivo y/o pretérito) percibió por producirlo en todo su recorrido (en todos sus procesos), que se imputa como ganancia.

Deberían reconocer la existencia real de la plusvalía, de su papel y de la explotación y el despojo a la que fue, es y será sometido el trabajador con los medios de producción en manos privadas.

Deberían reconocer y aceptar que el capitalismo es un régimen inhumano y que es necesario salir rápidamente de ese sistema, agotado, en crisis terminal, pero que aún mantiene su capacidad destructora; que ingresó a la historia, tal como lo afirmaba Carlos Marx, chorreando sangre desde los pies a la cabeza, que se mantiene chorreando sangre y que será causante de la extinción de la vida en el planeta si no se lo derrota y reemplaza cuanto antes.

Como los economistas burgueses y sus aliados no pueden exponer esas conclusiones que derivan del análisis científico, (pasarían a ser economistas serios pero dejarían de ser burgueses, y a ello no están dispuesto) vulgarizan la ciencia y la convierten en una supuesta serie de reglas inconexas y contradictorias. Desarrollan teorías cientificistas y falsos postulados, todos orientados a que la verdad no sea revelada, no solo para las grandes masas, sino, y fundamentalmente, para los estudiantes y profesionales a formarse. A cambio de ese vil servicio, conscientemente prestado en la mayoría de los casos, estos “economistas” son contratados por los grupos monopolistas, en sus empresas, en sus academias, en sus universidades privadas y también en las públicas que han logrado invadir y ocupar. Sus escritos son convertidos en libros, sus libros son incorporados como material de estudio en los “centros del saber”. Se los premia, se los distingue, se los alaba, se les da espacio en los medios de comunicación masiva. Todo por ocultar con cierta habilidad la verdad, por haber renegado a ser científicos, por ser cómplice de la maquinaria que conduce a la humanidad a su desaparición. Cobran buenos honorarios por ayudar a sostener con ideas, inconexas pero ideas al fin, a un sistema, a un modo de producción genocida, al capitalismo. Se les permite algún progresismo sin sacar los pies del plato, es decir, sin salir del sistema vigente. Los más “progresistas” hablan de un capitalismo “humano”. Los más reaccionarios acentúan la apología del capitalismo “salvaje”. No hay buenos y malos, hay malos y peores.     

Vulgarizar la ciencia y contar simultáneamente con el lógico apoyo de los monopolios dueños de los medios de producción y de difusión, les posibilita, a los economistas burgueses, contar con una amplia capacidad de maniobra que les permite crear “nuevas concepciones” que adaptan (y aún consideran) los cambios que se producen en la realidad. Pero no se desvían del objetivo central, que es manipular la falsa apariencia de los fenómenos e ignorar los hechos reales que en éstos ocurren cuando no le son útiles a sus designios.

Vulgarizar la ciencia en lo esencial no significa que vulgaricen todos los estudios que efectúan. Parte de ellos, los que por sus propios límites no llegan a desenmascarar la naturaleza del sistema, suelen convertirse en observaciones serias y en aportes concretos al desarrollo, por eso los marxistas nunca rechazamos globalmente las observaciones científicas contenidas en las concepciones burguesas, ni menos el significado práctico de esas concepciones para la política económica del propio capitalismo que en su desarrollo actual derivó en imperialismo. Pero cada vez es mayor la vulgarización y cada vez son menores los aportes científicos, y para compensar esta inevitable tendencia de lo científico a lo vulgar, permanentemente promueven “nuevas concepciones” que se convierten en apologías de moda, mostrándose de esa manera como permanentes “innovadores”, mientras los que desarrollamos el pensamiento científico nos convertimos, según sus mercantiles ópticas, en “dogmáticos”.

Teoría:

Los diccionarios de los años 60 se referían a “teoría” como: 1. Conocimiento especulativo puramente racional. (Teoría como algo opuesto a la práctica); 2. Conjunto de conocimientos que dan la explicación completa de un cierto orden de hechos. (Como la teoría atómica); 3. Como conjunto sistematizado de opiniones. (Como la teoría política).

Pasaron casi 50 años y los diccionarios actuales ajustaron las definiciones sobre teoría considerándola como: 1. Conocimiento especulativo considerado con independencia de toda aplicación; 2. Serie de leyes que sirven para relacionar determinado orden de fenómenos; 3. Hipótesis cuyas consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ella.

Ahora el diccionario coloca a teoría como sinónimo de hipótesis. Recordemos que el diccionario actual define a hipótesis como “suposición de algo posible o imposible para sacar de ello una consecuencia”

Intentaremos definir al término “teoría” con un criterio más científico, considerando su origen, del griego Theoría, que equivale a observación, análisis e investigación, mientras en nuestros diccionarios surge como sinónimo de especulación o de hipótesis.

Lenin afirmaba que “la comprensión materialista de la historia fue una hipótesis en el momento de su surgimiento, en tanto que después de la aparición de El Capital ya no fue una hipótesis, sino una tesis científicamente demostrada”

La hipótesis es una construcción teórica aún no demostrada. La hipótesis, al ser demostrada, se convierte en teoría científica.

Afirmamos que el término teoría señala una forma de reflejo generalizado de la realidad en el pensamiento.

Afirmamos esto y simultáneamente nos preguntamos, tal como se lo preguntaban Marx y Engels: “¿Es nuestro pensamiento capaz de conocer el mundo real; podemos nosotros, en nuestras ideas y conceptos acerca del mundo real, formarnos una imagen refleja exacta de la realidad?” La teoría del conocimiento del materialismo dialéctico nos da la respuesta al considerar al conocimiento como el reflejo del mundo material en la conciencia de las personas y al reconocer que en nuestra conciencia, el pensamiento puede ser el fiel reflejo de la realidad.

En efecto, nosotros observamos, analizamos e investigamos hechos de la realidad. Hechos que se reflejan en nuestro cerebro y con ellos conocemos, pensamos y también elaboramos y proyectamos tesis, formas e ideas construidas a través del conocimiento y del pensamiento.

Por tanto afirmamos que la teoría surge, tiene su principio, a través de la práctica. Por esa razón la teoría no puede oponerse a la práctica, se estaría oponiendo a su origen. Pero también afirmamos que la teoría va mucho más allá de la generalización de la experiencia práctica. Va mucho más lejos, pues se encamina a descubrir nuevos vínculos y aspectos del objeto contribuyendo a que la práctica lo conozca mejor y lo domine con mayor éxito. Y va más allá aún, ya que el objeto a que nos referimos pueden ser, no sólo los objetos y los fenómenos de la realidad, sino también puede serlo la teoría misma. Aquí estaríamos en presencia de la metateoría.

La teoría se construye. Según la forma de construirla podemos clasificarlas en deductivas e inductivas. Las deductivas se estructuran a partir de varios axiomas (principios fundamentales) que no son demostrados en ella. Las inductivas se construyen a partir de un conjunto de hechos que se  presentan como regla en forma de suposición.

Advertimos que la teoría no nos ofrece un conocimiento absoluto, perfecto y definitivo del objeto. El conocimiento, como fenómeno histórico, en desarrollo y acumulativo, descubre nuevos hechos y tesis que pueden exigir su modificación o su reemplazo por nuevas teorías.

Todas las ciencias están compuestas por teorías.

Hombre y naturaleza:

Cuando el ser humano afirma su presencia en el planeta, lo hace sobre la base de la producción que surge de los objetos de la naturaleza, de la cual “se apropia”. Se produce así un circuito que va desde la apropiación de lo que en la naturaleza existe, pasa por la producción que convierte ese objeto de la naturaleza en una mercancía, continúa con la distribución y cambio de dicha mercancía y culmina con su consumo. Y el circuito continúa, se repite y crece.

En ese circuito intervienen los hombres que, como consecuencia del mismo, establecen relaciones sociales. Esas relaciones sociales están vinculadas a la producción, de allí que sea correcto definirlas como relaciones de producción o, dicho de otra manera, relaciones que representan la forma social de producción mediante la cual el hombre se apropia de los objetos de la naturaleza. Esas relaciones que se establecen entre las personas son independientes de sus conciencias y de sus voluntades.

Hombre y naturaleza están indisolublemente ligados, aunque hay que tener en cuenta una importante particularidad en esa relación: el hombre no puede siquiera pensar en sobrevivir un corto período de tiempo sin la naturaleza y la naturaleza puede existir eternamente sin la presencia del hombre, es más, la irracionalidad derivada del uso de los recursos que la naturaleza provee hace que la presencia  del hombre coloque en peligro su diversidad y con ello la existencia misma de la vida humana.

Hombre (personas) y naturaleza están indisolublemente unidos, y en esa unión el eslabón más destacado, el eslabón fundamental, es el trabajo humano, y el alicate más poderoso que conspira por su propia dinámica para que ese eslabón se rompa, el interés económico.

Observemos por un minuto todas las cosas que nos rodean y que llevamos encima: zapatos o zapatillas, ropa interior y exterior, un celular (casi seguro), un libro (menos frecuente), una lapicera. Vemos pasar un colectivo, varios autos y algunos camiones. Un avión atraviesa el cielo y lo vemos desde nuestra casa de ladrillos sentado en una silla junto a una mesa de plástico o madera, tomando un refresco que acabamos de sacar de la heladera o refrigerador. ¿Qué son todas esas cosas tan distintas? Bienes; que poseen un valor importante, por eso existen. Bienes; que satisfacen una necesidad humana material y/o espiritual, por eso lo tenemos y usamos, porque poseen valor de uso. ¿Qué de común tiene esos bienes además de su valor de uso? Si observamos detenidamente vamos a lograr encontrar dos importantísimos rasgos comunes a tan distintos tipos de bienes como puede ser un par de medias y un colectivo  o una heladera y un libro. Todos los bienes contienen materias básicas extraídas de la naturaleza y todos esos bienes han incorporado, en diversas etapas, trabajo humano directo (manos y cerebro) e indirecto (herramientas y cerebro) para que se conviertan en un bien que contenga ese valor de uso (material o espiritual) que señalamos. Vinculación hombre naturaleza, un equilibrio tan complejo como necesario es  mantenerlo con racionalidad para que el futuro para la vida exista.

Consideraciones sobre “izquierda” y “derecha”.

Existe una clasificación histórica que consiste en designar como izquierda a los sectores que aspiran a un cambio revolucionario y progresivo de la sociedad y designar como derecha a los sectores que aspiran a mantener vigente el actual modo de producción basado en la explotación del hombre por el hombre, basado en la expropiación del trabajo del productor directo.

La clasificación de las palabras “izquierda” y “derecha” tienen su origen en Francia, en el año 1789. Los partidarios de la monarquía se situaban a la derecha del presidente del parlamento y los partidarios de la república a la izquierda. A partir de ello quedan señalizados como izquierdistas las personas y/o partidos que defienden e impulsan las ideas más progresistas y como derecha a las personas y/o partidos que defienden lo más retrógrado. Como, frente al feudalismo, el capitalismo era revolucionario y expresaba lo nuevo en la humanidad, la definición de lo que era entonces un partido de izquierda se sintetizaba así: “Partido político de ideas avanzadas”  Podemos decir que “ideas avanzadas” significan “ideas revolucionarias”. Pero ahora es el capitalismo el que ocupa el lugar del feudalismo, posiblemente por ello la definición que contiene el diccionario de la Lengua Española se transforma en “Conjunto de personas que profesan ideas reformistas o, en general, no conservadoras”. Se puede observar claramente del intento de cambiar la calificación de “ideas de avanzada” (o revolucionarias) por la de “ideas reformistas”. De allí que a un gobierno como el de Felipe González en España se lo pueda clasificar como de izquierda. También entra en esa clasificación en premier inglés, Tony Blair, y su partido, el Laborista, o el “socialista” Zapatero

Pero nosotros, que nos quedamos en el “89” (de los años 1700), consideramos que hay dos grupos bien definidos, que operan con conciencia y sin conciencia. La derecha cuyo objetivo es mantener vigente y consolidado el modo de producción actual, es decir el modo de producción capitalista, y la izquierda que impulsa el cambio revolucionario de ese modo de producción para reemplazarlo por uno más progresivo, por el socialismo. La burguesía, que era la izquierda frente a los monárquicos, es la derecha frente a los trabajadores. Izquierda y derecha son, por tanto, categorías históricas.

Todo sería muy simple si no surgieran movimientos que anuncian colocarse entre estos dos polos, a quienes llaman extremos. Aparece el “centro”, aparece un “centro izquierda” y también un “centro derecha”, para todos los gustos. Y aparecen sectores “conservadores” en los partidos de izquierda y sectores de “izquierda” en partidos de derecha.

No obstante podríamos simplificar y señalar que es posible clasificar tres corrientes políticas: la izquierda que quiere el cambio del modo de producción, la derecha que quiere la vigencia del modo de producción capitalista y el centro que aspira, en el mejor de los casos (como centro izquierda) a ser menos injusto sin cuestionar o proponerse un cambio revolucionario. De allí que estos dos últimos, centro y derecha, no cuestionen ni se propongan el cambio de modo de producción y ello constituye un factor común, donde oculta o camufla el objetivo fundamental, la aspiración más importante que persigue, a veces inconscientemente, que no es otra cosa que el sostenimiento del capitalismo como sistema. Podríamos decir que el “centro” (sea de izquierda o de derecha) es, siempre, una manifestación “vergonzante” de la derecha, pero es, simultáneamente, parte del proceso histórico.

Esta afirmación, que considero realista, es independiente de los hechos y acuerdos que pueden y deben producirse en un período de transición del capitalismo al socialismo, donde sectores enrolados en el llamado “centro” pueden y deben jugar un importante papel en el proceso de cambios que la sociedad requiere, y ello es posible porque, en su desarrollo, el capitalismo abandona su inicial presencia como sistema de libre competencia y lo reemplaza por el poder de los monopolios que ya no sólo afecta al productor directo, es decir, al trabajador, sino a otros capitalistas más débiles cuyo futuro es, mediante la vigencia de su propio sistema, el de ser expropiado y desaparecer, el ser absorbido por su propio sistema y convertido en un trabajador más, o en un desocupado permanente o en un vagabundo. Millones de ellos ya lo son, lo que, lamentablemente, en no pocos casos, no garantiza que no continúen pensando y actuando como si aún fuesen capitalistas, aunque sería más correcto definirlos como masoquistas.

En una conferencia (en el año 2010), ante un grupo de empresarios PYMES, comencé afirmando varias verdades y solicitando me interrumpan si no están de acuerdo con dichas aseveraciones. Al final de esas verdades les haría una pregunta y luego iniciaríamos la conferencia con el tema anunciado: Primera verdad: Vivimos bajo el modo de producción Capitalista; Segunda verdad: En los últimos 20 años desaparecieron más de 120 mil pequeñas y medianas empresas, más de 100 mil propiedades rurales y se remataron miles de viviendas. Tercera verdad: en la Argentina jamás tuvo vigencia el comunismo ni el socialismo. Todos aceptaron esas verdades como verdades. Ahora, aceptada esa realidad objetiva, lanzo al auditorio selecto la siguiente pregunta: ¿Entonces: quién destruyó la propiedad privada de tantas empresas, comercios, servicios, campos, chacras y viviendas y terrenos si no fue Fidel?

Pero todo esto, que más adelante vamos a abordar con más profundidad en el capítulo “Qué es la política”, se señala en este punto para expresar que no hay verdaderas medias tintas, pero, como las brujas, no existen pero están presentes en los períodos de transición. Y también lo he desarrollado, como una breve introducción, para poder abordar, muy sintéticamente, el problema fundamental de la Filosofía.

La Filosofía: ¿Materia y/o espíritu?


Cada vez que tocamos un término comenzamos con lo que el diccionario contiene. Define a la Filosofía como “el conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano”. Hemos remarcado la palabra “racional” pues la filosofía, para insertarse en esa definición, es decir, como racional, “debe” tener también su doctrina “vergonzante” que no es otra cosa que el  equivalente al “centro”, como corriente política, pues no puede evitarla. Es decir: no puede evitar que el idealismo ingrese metamorfoseado como materialismo.

La palabra filosofía deriva del griego y significa “amor a la sabiduría”. Vamos a avanzar más allá de la definición del diccionario teniendo en cuenta que, para éste, la izquierda dejó de ser de “avanzada” para constituirse en “reformista”, lo que lo hace poco confiable.

La Filosofía es la forma de la conciencia social que conforma el sistema de los conceptos más generales sobre el mundo, el lugar que ocupa en éste el hombre y constituye el fundamento teórico de la concepción del mundo, es decir, sobre la naturaleza, sobre la sociedad y sobre el pensamiento.

Todas las personas tenemos una concepción del mundo, en unas se forma de manera espontánea (concepción rutinaria del mundo) y en otras se va formando concientemente, tratando de comprender la vida de la sociedad y la propia, tratando de revelar su actitud frente al mundo recurriendo, para ello, al estudio de la filosofía (los problemas más generales) y de las ciencias (los problemas menos generales).

Con cierta audacia vamos a afirmar que aquí también hay izquierda y derecha. La izquierda sería el “materialismo” y la derecha el “idealismo”. Son las dos formas existentes de explicar el mundo, aunque después van a aparecer los “centristas”, que aquí se denominan “agnósticos”, que pretenden ser materialistas sin abandonar el idealismo. Tal como la centro izquierda, que pretende ser el progresismo sin cambiar el modo de producción capitalista.

Resolver la contradicción fundamental de la filosofía es elegir una de las dos concepciones existentes para explicar el mundo real: la concepción materialista (o científica) y la concepción idealista (o no científica).

Materia y espíritu


Dejemos en claro que, cuando hablamos de materialismo e idealismo, no nos estamos refiriendo a lo que se ha interesadamente vulgarizado, que es catalogar como materialista a aquel individuo que no le interesa el semejante y solo se satisface con bienes materiales; e idealista a aquel que es desprendido y corre tras una idea o utopía. El idioma se deforma y no es casual. También se dice que algo se hace “por izquierda” cuando se violan normas de convivencias. La lucha ideológica debe estar presente en todos los planos, para evitar que a un revolucionario se le tilde de transgresor o viceversa, o a un torturador de haber cometido sólo “excesos”.

Engels sintetizaba: “El ser es la materia, el pensamiento el espíritu”. El pensamiento, esas ideas que nos hacemos de las cosas, es posible porque nosotros existimos como materia. Sin nuestro cuerpo, sin nuestro cerebro, no habría pensamiento alguno. El mundo existió millones de años sin pensamiento alguno pues no se había desarrollado en él la vida humana. La materia es anterior al espíritu y es la causa de su existencia. Para los materialistas esta es una verdad incuestionable. Para los idealistas lo primero es el espíritu y como consecuencia de esa existencia surge la materia: “el espíritu produce la materia”, afirman.

El obispo Berkeley fue el teórico más destacado del idealismo, que avanzó más allá de lo que sus discípulos suscribirían ya que afirmaba que la materia no existe; escribía: “La materia no es lo que creemos, pensando que existe fuera de nuestro espíritu. Pensamos que las cosas existen porque las vemos, porque las tocamos, y como ella nos brinda esas sensaciones, creemos en su existencia. Pero nuestras sensaciones no son más que ideas que tenemos en nuestro espíritu”. George Berkeley (1685-1753) desarrolla una concepción idealista fundada en el principio de que la esencia de los objetos consiste en el hecho de ser percibidos y la esencia del alma es percibir. “Y cono lo que percibo no es creado por mí mismo, ni puede existir sin ser pensado, debemos admitir que hay otra voluntad o espíritu que lo piensa  y lo  produce. Ese espíritu que todo lo piensa, y gracias a cuyo pensamiento las cosas y aún los espíritus individuales existen, es Dios”. El obispo Berkeley ejerció gran influencia sobre Hume (nominalismo) y éste luego sobre Kant (agnosticismo).

Así pues, los objetos que percibimos por nuestros sentidos no son otra cosa más que ideas, y las ideas “no pueden existir fuera de nuestro espíritu”. Los idealistas actuales no han renegado nunca a ese pensamiento original del obispo Berkeley, pero no lo desarrollan con las mismas palabras y fundamentalismo para no caer en ridículo. Les es imposible no aceptar lo evidente. Algunos, incluso, adoptan posiciones materialistas pero antes deben resolver un dilema ¿Cómo convertirse en materialistas sin dejar de ser idealistas? Algo así como formar un movimiento de izquierda sin dejar de ser de derecha. Y aparece el “centro” en la filosofía, aparece con el nombre de “Agnosticismo”, término acuñado por el científico británico Thomas Henry Huxley (1825-1895) y previamente desarrollado por sus clásicos, el inglés David Hume (1711-76) (“El hombre se maneja solo con sus propias sensaciones, por lo cual nada podía conocer del mundo exterior: ni si existía, ni cual era su apariencia”) y del alemán Immanuel Kant (1724-1804) (“La razón y el intelecto sólo permiten al hombre conocer los fenómenos, la “cosa en sí” es inaccesible a nuestro conocimiento”)

Los agnósticos aceptan la existencia de un universo exterior que no depende de nosotros, pero lo aceptan, no como una realidad objetiva, sino como una imagen. De esa manera el agnóstico acepta la ciencia y en ese sentido se convierte en “materialista”, pero a la vez deduce que la ciencia no nos da más que apariencia, y en ello se manifiesta todo su “idealismo”.

Materialismo: ¿cuál?


Para nosotros, que nos definimos como materialistas, la materia es “una categoría filosófica para designar la realidad objetiva que le es dada al hombre en sus sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones y que existe con independencia de ellas”. (Lenin) y el materialismo es la doctrina filosófica que afirma el carácter primario de la materia, la naturaleza, la realidad objetiva, y considera a la conciencia como propiedad de la materia.

Pero... ¿cuál es el materialismo que adoptamos?... ¿Acaso, hay más de uno?, se preguntarán. Sí, hay más de uno.

El materialismo es la tendencia filosófica opuesta al idealismo. Es la tendencia que afirma el carácter primario de la materia, la naturaleza, la realidad objetiva y considera a la conciencia como una propiedad de la materia. Con relación a esto, decía Engels: “La concepción materialista del mundo significa sencillamente la interpretación de la naturaleza tal como es, sin agregados superfluos.” 

En la historia del desarrollo de la filosofía materialista podemos distinguir dos etapas que definimos así: el materialismo premarxista y el materialismo dialéctico o marxista.

El materialismo premarxista se muestra como un materialismo natural que surge de una elaboración espontánea con una dialéctica elemental e ingenua. Los antiguos se referían a los orígenes materiales, a los elementos básicos de la naturaleza, como el agua (Thales), el aire (Anaxímenes), el fuego (Heráclito), el principio de todo lo existente (Anaximandro). Consideraban al mundo como una unidad que se manifiesta en constante movimiento y modificación. La lucha entre materialismo e idealismo se manifestaba en dos filosofías contrapuestas, la de Demócrito y la de Platón.

Según Demócrito (460-370 ane) el elemento último de la realidad es el átomo, partícula eterna e indivisible a la que llama idea. Los átomos, que difieren en tamaño, o en forma, u orden, se mueven en un torbellino que los hace chocar entré sí y generar distintos cuerpos. Ese razonamiento exige afirmar que existe un vacío donde se desplazan los átomos. Átomo y vacío son las únicas realidades, todo lo demás que atribuimos a las cosas son el simple resultado de la acción de esas cosas sobre los sentidos, y no cualidades inherentes a ellas. El alma misma está constituida por átomos. Los dioses existen, pero al igual que las cosas y el alma, son conglomerados de átomos.   
   
Según Platón (Aristocles -su nombre- 428-348 ane) “Hay que distinguir, antes que nada, qué es lo que siempre es y no se engendra y qué es lo que se engendra y nunca es” Para este filósofo, lo primero constituye la verdadera realidad y lo segundo la apariencia. Lo primero es objeto de ciencia y conocimiento en sentido estricto y lo segundo objeto de opinión. Por los sentidos conocemos las cosas, la percepción es el resultado de ese conocimiento. Por el pensamiento contemplamos las ideas, el concepto es el resultado de esa contemplación. Para Platón hay un mundo de ideas invisibles y otro de cosas visibles. A ese dualismo le corresponde el del pensamiento y la percepción, el de la ciencia y la opinión. Para Platón se trata de dos mundos diferentes, el mundo del cambio y el mundo de lo inmutable; no hay paso gradual de uno al otro; una multitud de percepciones no puede suministrarnos el concepto de las cosas y una multitud de lo visible no puede originar el mundo de las ideas invisibles. 

La forma que adquirió la filosofía materialista en la Edad Media se llamó nominalismo. Manifestaba el reconocimiento de la existencia de las cosas materiales con indicación del papel de las sensaciones en su conocimiento. Afirmaba que los universales (es decir, los conceptos) no tienen realidad, pues no hay más realidad que la de los seres individuales. El nominalismo dio impulso al desarrollo de las ciencias naturales y facilitó el terreno a las doctrinas materialistas posteriores.

El desarrollo del materialismo se vincula con el surgimiento de las relaciones sociales capitalistas, que dieron impulso al desarrollo de la producción y de la ciencia. Francisco de Verulam Bacón (1561-1621), Galileo Galilei (1564-1642) y otros expresaban los intereses de la burguesía, lucharon contra la escolástica de la Edad Media generalizando los métodos propios  de la ciencia de entonces: observación, experimento, inducción, etc.

Habíamos mencionado que, al principio, el materialismo  se hallaba unido a la dialéctica ingenua, pero a medida de que las ciencias naturales se dividen en diferentes ramas y logra mayor desarrollo la mecánica, ésta es suplantada por la metafísica. Surge el materialismo metafísico que se caracteriza por la interpretación de la naturaleza como un todo íntegro, subordinado a las leyes de la mecánica; que niega las diferencias cualitativas reduciéndolas a diferencias cuantitativas; que analiza el movimiento sólo como aumento o disminución cuya fuente se encuentra en el exterior; que considera el espacio y el tiempo como exteriores, sin vinculación con la materia y de sus formas de existencia. Es materialista porque sostiene la cognoscibilidad del mundo, porque considera el conocimiento como un reflejo de las cosas existentes en la naturaleza, pero lo incorpora como un reflejo muerto, como resultado de ese reflejo en los órganos de los sentidos, no como una actividad. Su mayor auge se ubica en el siglo XVIII. (Julián Ofroy de La Mettrie (1709-1751), Dionisio Diderot (1713-1784), Pablo Enrique Dietrich Holbach, (1723-1789) entre otros.

Continúa luego el materialismo antropológico de Luís Feuerbach (1804-1872) quien afirmaba que “los hombres crean a Dios a su imagen y semejanza” y, en la idea que de él se forman, proyectan su propia naturaleza y sus propios problemas. Consideraba que el hombre forma parte de la naturaleza, que es un ente biológico inmutable, punto de vista que no le permitía poner en evidencia el carácter dialécticamente contradictorio del conocimiento humano, ni dar una explicación científica de los fenómenos de la vida social, ni descubrir el desarrollo gobernado por leyes de la naturaleza y de la sociedad. El antropologismo es la concepción filosófica de los que conciben al hombre como categoría suprema de la naturaleza. Considera la existencia del hombre como la primera autenticidad, solo a partir de la cual es posible elaborar un sistema total de representaciones de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Es un intento de colocarse por encima de la contradicción fundamental entre materialistas e idealistas, pero en la práctica actúan como materialistas “vergonzantes”, es decir, como idealistas camuflados.

Ello posibilita que, durante la segunda mitad del siglo XIX, se desarrollen variantes idealistas no encubiertas del antropologismo. Allí ubicamos a Friedrich Nietzsche (1844-1900) y Wihelm Dilthey (1833-1911). Schiller fue el creador de la “antropología filosófica” y, al igual que los filósofos existencialistas, formula la categoría “hombre” como antítesis del concepto “sociedad”. En cualquiera de sus variantes, el antropologismo significa idealismo en la comprensión de la sociedad, significa la reducción de las relaciones sociales objetivas entre las personas al concepto idealista de las relaciones entre el yo y el tú.

El objeto de la filosofía es el conocimiento de la realidad, de “toda la variada riqueza del mundo”, afirmaba Geor Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831). Consideraba posible superar las apariencias y alcanzar lo absoluto, la naturaleza, la historia, en su realidad concreta. Si el pensamiento puede conocer lo real, ello se debe a que es idéntico a lo real: todo lo real es racional y todo lo racional es ideal. El racionalismo conduce al idealismo. El pensamiento, dice Hegel, “es el principio verdadero y universal de la naturaleza y el espíritu”. Describe que la filosofía se desarrolla según un ritmo ternario. En primer término, la lógica estudia la idea en sí, o el ser, es decir, las características pensables de las cosas consideradas en sí mismas. En segundo término, la filosofía de la naturaleza, que estudia esas mismas características pero desde otro punto de vista: desde su existencia exterior. Finalmente, la filosofía del espíritu, que examina el pensamiento y que, después de haberse negado y exteriorizado en la materia, niega a su vez la materia y se recoge sobre sí mismo, en la identidad recuperada de sujeto y objeto. Su lógica es una metafísica, pues el estudio de las formas del pensamiento equivale al estudio del principio del movimiento, que reside en el pensar.

El diccionario define a la metafísica como la “ciencia que trata de los principios primeros y universales y de las cosas del orden espiritual, y aún corpóreo, considerado en sus categorías más generales y abstractas”.

Ampliando esa definición podemos señalar que la metafísica es:

  1. Un sector de la filosofía que se ocupa de los más abstractos problemas imaginables de la existencia y el conocimiento. Se inicia con Aristóteles como “ciencia última” que tiene por objeto el “estudio de la realidad sensible”
  2. Un método del pensamiento opuesto a la dialéctica. Es enunciado por primera vez por Hegel quien consideraba pensamiento metafísico a todo pensamiento que se apoyaba en concepciones y definiciones unilaterales, inmóviles y simplistas.
  3. La metafísica considera al cambio como algo secundario y lo reduce a una simple disminución o aumento cuantitativo sin considerar, en su dimensión, la transformación cuantitativa de las cosas.
  4. El método metafísico fue, históricamente considerado, “justificable” hasta los siglos XVI y XVII, cuando aun la ciencia reunía datos e incursionaba en la naturaleza fraccionándola en sectores estancos, desvinculados entre sí. Pero cuando la ciencia penetra en la profundidad de las cosas, cuando profundiza el estudio de los fenómenos y de sus inter-vinculaciones, demuestra (y aquí utilizamos palabras de Engels) “que en la naturaleza todo se realiza, en última instancia, dialécticamente y no en forma metafísica”. La metafísica se convierte en un retardador del pensamiento científico.

El Materialismo Dialéctico


Inspirados en Hegel y en Feuerbach y superando sus limitaciones, Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) fundaron el socialismo sobre una doctrina nueva, científica: el materialismo dialéctico.

La “dialéctica” es una palabra que proviene del griego y significa mantener una conversación, reflexionar. Significaba una discusión, confrontar opiniones opuestas, lograr como resultado el surgimiento de la verdad. Inicialmente la dialéctica se basaba en la observación exterior acerca de que todo en el mundo se modifica constantemente, donde las cosas surgen, desaparecen y se transforman en su contrario. Esa dialéctica espontánea e “ingenua” tuvo su representante más destacado en Heráclito quien consideraba que el mundo “fue, es y será un fuego vivo, que se inflama y se extingue de acuerdo con leyes”. Estos grandes hombres de la antigüedad podían observar las imágenes generales de los fenómenos, de sus transformaciones, pero no podían desentrañar las leyes que producían esas transformaciones.

Heráclito, del 576 al 480 antes de nuestra era, fue un filósofo griego presocrático. Su filosofía era expresada con la imagen de un río. “Todo fluye, como fluye un río; y lo que fluye no permanece siendo igual a sí mismo, sino que es siempre nuevo”...”Descendemos y no descendemos en el mismo río; somos y no somos.”Heráclito afirma la simultaneidad de los contrarios: vida y muerte; justicia e injusticia; guerra y paz; inmortalidad y mortalidad. Así es el universo para Heráclito, una sucesión alternadas de contrarios que se reproducen el uno al otro, el universo como “armonía de tensiones opuestas”, una unión simultánea de contrarios. Para lograr “una armonía única” la música exige la unión de sonidos agudos y graves, la unión de notas cortas y largas. Esto, afirmaba, no es sino la imitación de lo que hace la naturaleza: “la naturaleza ama a los contrarios, y es con ellos, y no con los semejantes, que produce la armonía”. Hegel renovó en el siglo XIX el pensamiento de Heráclito, cuyo mérito es haber dejado de pensar con las nociones abstractas de ser y no ser y de haber descubierto que lo concreto es el llegar a ser, es decir, la contradicción misma.

Con el aporte del marxismo la dialéctica se convierte como ciencia de las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad, del pensamiento. Se convierte en teoría y método de conocimiento de los fenómenos de la realidad en su desarrollo.

El materialismo dialéctico es la filosofía científica, es la filosofía del marxismo-leninismo que combina orgánicamente la solución materialista del problema fundamental de la filosofía con la dialéctica, método revolucionario del conocimiento y transformación de la realidad.

El materialismo dialéctico se complementa con el materialismo histórico, que equivale a la sociología científica y es parte componente de la filosofía marxista. El materialismo histórico nos permite dar respuesta científica a los interrogantes sobre la sociedad: cómo surgió, cómo y por qué se produce su desarrollo y qué leyes determinan a éste.

“La técnica de producción material determina de un modo general el proceso social, político y espiritual de la vida. La conciencia de los hombres no origina su forma social de vida, sino, por el contrario, esta forma social es la que determina y condiciona su conciencia. Cuando han adquirido las fuerzas productivas de la sociedad cierto grado de desarrollo, se encuentran en contradicción con las condiciones de producción existentes, o empleando el término jurídico actual, con las condiciones de la propiedad en medio de las cuales han actuado hasta entonces”... esto hace que “el mundo entre en la era de una revolución social”. (Carlos Marx, Contribución a la crítica de la Economía Política) 

“La dialéctica hegeliana, o sea la más universal, rica de contenido y profunda doctrina del desarrollo, era para Marx y Engels la mayor adquisición de la filosofía alemana clásica. Toda otra fórmula del principio del desarrollo, de la evolución, les parecía estrecha y pobre, que mutilaba y desfiguraba la verdadera marcha del desarrollo en la naturaleza y en la sociedad (marcha que ha menudo se efectúa a través de saltos, catástrofes y revoluciones)”

“Marx y yo fuimos seguramente casi los únicos que tratamos de salvar” (del descalabro del idealismo, comprendido el hegelianismo) “la dialéctica consciente para traerla a la concepción materialista de la naturaleza”. “La naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica, y hay que decir que las ciencias naturales modernas, que nos han brindado materiales extraordinariamente copiosos” (¡y esto fue escrito antes de ser descubiertos el radio, los electrones, la transformación de los elementos, etc.!) “y que aumentan cada día que pasa, demuestran con ello que la naturaleza se mueve, en última instancia, por causes dialécticos, y no por carriles metafísicos”.

“La gran idea cardinal de que el mundo no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados y acabados –escribe Engels- ,sino como un conjunto de procesos, en el que las cosas que parecen estables, al igual que sus reflejos mentales en nuestras cabezas, los conceptos, pasan por una serie ininterrumpida de cambios, por un proceso de génesis y caducidad; esta gran idea cardinal se haya ya tan arraigada desde Hegel en la conciencia habitual, que, expuesta así, en términos generales, apenas encuentra oposición. Pero una cosa es reconocerla de palabra y otra cosa es aplicarla a la realidad concreta, en todos los campos sometidos a la investigación”. “Para la filosofía dialéctica no existe nada definitivo, absoluto, consagrado; en todo pone de relieve lo que tiene de perecedero, y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del devenir y del perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior, cuyo mero reflejo en el cerebro pensante es esta misma filosofía”. Así, pues, la dialéctica es, según Marx, “la ciencia de las leyes generales del movimiento, tanto el del mundo exterior como el del pensamiento humano”.

“Este aspecto revolucionario de la filosofía hegeliana es el que Marx recoge y desarrolla. El materialismo dialéctico “no necesita de ninguna filosofía entronizada sobre las demás ciencias”. Lo único que queda en pie de la filosofía anterior es “la teoría del pensamiento y sus leyes, la lógica formal y la dialéctica”. Y la dialéctica, tal y como la concibe Marx y como la formula Hegel, engloba lo que hoy se llama teoría del conocimiento o gnoseología, ciencia que debe enfocar también históricamente su objeto, investigando y sintetizando los orígenes y el desarrollo del conocimiento y el paso del no-conocimiento al conocimiento”.

“La idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado actualmente casi en su integridad en la conciencia social, pero no a través de la filosofía de Hegel, sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la formularon Marx y Engels, arrancando de Hegel, es mucho más vasta, más rica de contenido que la teoría de la evolución al uso Es un desarrollo que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta (la “negación de la negación”); un desarrollo que no discurre en línea recta, sino en espiral, por decirlo así; un desarrollo a saltos, a través de catástrofe y de revoluciones, que son otras tantas “interrupciones en el proceso gradual”, otras tantas transformaciones de la cantidad en calidad, impulsos internos de desarrollo originados por la contradicción, por el choque de las diversas fuerzas y tendencias que actúan sobre un determinado cuerpo, o en los límites de un fenómeno concreto o en el seno de una sociedad dada; interdependencia e íntima e inseparable concatenación de todos los aspectos de cada fenómeno (con la particularidad de que la historia pone constantemente de manifiesto aspectos nuevos), concatenación que ofrece un proceso único y mundial en movimiento, con sus leyes: tales son algunos rasgos de la dialéctica, mucho más compleja y rica que la teoría corriente de la evolución”. (V. I. Lenin, Obras Escogidas, tomo I, páginas 30, 31 y 32)

La Negación de la Negación es una de las leyes fundamentales de la dialéctica. El primero que desarrolló esa ley fue Hegel, quien limitó su aplicación al desarrollo de la conciencia o del conocimiento. Con el materialismo dialéctico esa ley relaciona el concepto de negación con los procesos objetivamente existentes y no sólo con el desarrollo de la conciencia. Se entiende, por negación de cualquier cosa, su transformación en otra cosa. No es una simple destrucción del objeto, es la negación, como momento de desarrollo, de la conexión, que conserva el contenido positivo de las etapas y fases recorridas. El desarrollo como una vinculación entre sus distintas etapas que no es provocado por fuerzas exteriores al objeto negado, sino que el objeto está sometido a leyes internas, leyes en las cuales contiene su propia negación. En el desarrollo, cada etapa de un fenómeno es la negación del anterior y es, a su vez, negada por el siguiente. Surge así la doble negación, la negación de la negación. La negación aparece como la transformación de las cosas en su contrario. La doble negación asume, entonces, un carácter de afirmación (un no-no rojo significa rojo). En función de ello, en el desarrollo real de las cosas, la negación de la negación opera como afirmación, opera como el retorno al punto de partida. Significa que en el nuevo escalón se repiten algunos aspectos y algunos momentos del punto de partida del anterior escalón.

“El grano como tal cesa su existencia, se niega cuando brota, reemplazándolo la planta; una vez maduro, también se niega al dar vida a otro gramo, que si bien es muy parecido al primero, es otro. La historia de la sociedad comienza en las condiciones de propiedad social, que luego se niega con el surgimiento de la propiedad privada, volviéndose a negar ésta en el curso de la revolución socialista: otra vez tenemos el punto de partida del desarrollo, por supuesto que en forma fundamentalmente modificada.” “El desarrollo se produce de modo que en el proceso de la transformación de determinado fenómeno se registra una vuelta a lo “aparentemente viejo”, es decir, se repiten en un estadio más elevado algunos rasgos y particularidades de los estadios anteriores”. Engels.

La Ley de la Negación de la Negación, la Ley de la Unidad y lucha de los Contrarios y la Ley del Tránsito de los Cambios Cuantitativos a Cualitativos son las leyes fundamentales que rigen el desarrollo del mundo material y del pensamiento.

EL CEREBRO: EL MÁS AVANZADO ÓRGANO, PRODUCTO DE LA EVOLUCIÓN DE LA MATERIA (Lectura optativa)

Todo lo existente, absolutamente todo, ha surgido por el desarrollo natural de la materia. En el mundo orgánico, la amplia diversidad de organismos, sus complejas estructuras (y también simples), sus constantes adaptaciones a los cambios en las condiciones de vida, son el resultado de la materia viva, son el resultado de las acciones de las leyes de la naturaleza.
El primer naturalista que desarrolla una investigación seria y consecuente sobre el “proceso histórico del desarrollo de los organismos vivos” fue el francés Juan Bautista Lamarck (1774-1829). Éste científico afirmaba que las formas más simples de las plantas y de los animales surgieron por “autogeneración” iniciándose ese proceso en las sustancias inorgánicas. En su desarrollo se hicieron más complejas, siendo esa complejidad constante a partir de aquellas plantas y animales unicelulares, arribándose a la gran diversidad que encontramos en nuestros días tanto en el reino animal como en el vegetal. En síntesis: todo ello es el resultado de la “evolución” a través del tiempo. Pero Lamarck era “idealista” y ello le impidió avanzar más, pues no renuncia a la idea de que hay un “ser superior” que “crea la materia” y “organiza” el mundo.
Es Carlos Roberto Darwin (1809-1882) quien desarrolla y fundamenta la “teoría evolucionista” abordando estudios tales como: a) origen y modificación de plantas cultivadas y de animales domésticos; b) origen de las especies de la naturaleza y c) origen del hombre. Sobre el punto a) Darwin determinó que la evolución se expresa bajo la acción de tres causas: mutabilidad; herencia y selección artificial. Donde mutabilidad (o variabilidad) significa que no existen dos plantas o dos animales iguales, que siempre se diferencian el algo; que herencia  es una propiedad que contiene el organismo y que transmite particularidades de lo viejo a lo nuevo, y en este caso, la selección artificial comienza con utilizar las mejores semillas o los mejores animales para la reproducción, desechando los menos aptos.
Luego se interesa por la evolución natural (punto b), a la que denomina “selección natural” demostrando que no todas las plantas ni todos los animales sobreviven ni se reproducen con perfección en las condiciones naturales. Que unos se adaptan mejor y otros no lo logran y no sobreviven. Que es la herencia y la selección la que le ayuda a plantas y animales a adaptarse al ambiente, que les permite acumular resistencia que refuerzan en cada generación.
Darwin se concentra en el estudio del origen del hombre, y sus investigaciones son de tal valor que es correcto afirmar que la doctrina contemporánea del desarrollo histórico de la naturaleza viva se basa en la teoría (materialista) de la evolución por él iniciada. Su más brillante aporte está sintetizado en su libro “El origen de las especies”. Sin conocer los estudios de Darwin, sus fundamentos, es muy poco probable poder elaborar una concepción acertada  (científica) del mundo. Cierto es que Darwin, que no consideró con todo rigor la importancia del factor social en el desarrollo, no pudo avanzar revelando con precisión las causas de la transformación del mono en hombre, pero dio pasos gigantescos que permitieron que otros continuaran y perfeccionaran sus trabajos. El más importante y el que cubre esa limitación es Federico Engels y sus conclusiones se pueden apreciar en su brillante trabajo denominado “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre” escrito entre 1871 y 1873.
Se estima que los primeros “seres vivos” (seres pre-celulares) surgieron en nuestro planeta hace dos mil quinientos millones de años. Estaban desprovistos de núcleo y de envoltura celular, desarrollándose en el agua o en ambientes con mucha humedad. Eran seres muy elementales, pero ya contenían las propiedades fundamentales para mantenerse vivos: las partículas albuminoideas (partículas de proteínas) se alimentaban, crecían y se reproducían dividiéndose por la mitad. Esa fue inicialmente la manera más sencilla de reproducirse, forma que se mantiene aún hoy en la mayoría de los organismos unicelulares.
Con el paso del tiempo (miles y miles de años) las estructuras de los seres vivos se hacían más complejas y se perfeccionaban. Surge una envoltura que lo cubre y protege contra agresiones del medio ambiente y se forma un núcleo que se encarga de actuar como regulador de los procesos vitales. De esa manera se construye la célula y comienza el período de los organismos unicelulares.
Esos organismos celulares tomaron dos caminos que dieron origen a la primera división del mundo orgánico: al reino animal y al reino vegetal. Un grupo de células se fueron adaptando a asimilar sustancias inorgánicas y desarrollando capacidades especiales como, por ejemplo, la fotosíntesis; y otro grupo se fueron adaptando a asimilar sustancias orgánicas como, por ejemplo, proteínas, grasas e hidratos de carbono. Ello ocurrió hace miles y miles de años y aún hoy existen seres vivos unicelulares, como las algas unicelulares en el reino vegetal y las amebas en el reino animal.
Es obvio que, en relación a nuestro corto paso por la vida, promedio de 65 años con topes superiores de 100, nunca podremos observar “en vivo” procesos que duran miles y hasta millones de años. Sin embargo podemos hacer un mapa bastante aproximado de lo que fue ocurriendo en esos tan extensos períodos. ¿Por qué? Porque poseemos una capacidad única, la de pensar; porque portamos en nuestro cuerpo un órgano muy especial, muy complejo, que aún plantea muchas incógnitas pero ayuda a resolver muchas otras: el cerebro humano.
Los organismos unicelulares son pequeños y simples pero fueron la base desde donde surgen y se desarrollan los organismos pluricelulares, organismos que contienen millones, cientos de millones y miles de millones de células. Ello les permitía aumentar de tamaño y en diversidad tanto a plantas como a animales, quienes, además, debieron ir adaptándose a los cambios que se producían en el planeta.
Dos son los aspectos donde se expresan las manifestaciones naturales: diversidad de la vida orgánica y armonía con las condiciones de existencia, siendo ambas producto del desarrollo histórico, es decir, productos de la “evolución”.
Los seres vivos más simples surgen de la sustancia proteínica y conformaron los organismos pre-celulares, que no son otra cosa que una minúscula porción de proteína viva, sin núcleo y sin membrana, pero que, pese a su simpleza, ya poseía la propiedad de metabolismo (recambio de sustancias con el medio).
Luego se desarrollan los seres unicelulares, de mayor complejidad, pues contienen citoplasma, núcleo y membrana protectora, que, como habíamos señalado, abren dos caminos, el vegetal y el animal.
El camino vegetal arranca de las algas unicelulares y continúan con las pluricelulares. Gracias a las mareas producidas especialmente por la Luna, algunas de las algas pluricelulares, originarias de la vida acuática, van adaptándose a la vida terrestre. La evolución continúa hasta conformarse los organismos vegetales de alta organización.
El camino animal arranca con los protozoos, animales unicelulares parecidos a la ameba. Algunos protozoos poseían órganos de locomoción conformando los flagelados (que fueron como un intermediario entre la vida vegetal y la animal, ya que, por poseer placas de clorofila en su citoplasma, podían alimentarse vía fotosíntesis) y luego fueron formándose organismos pluricelulares como las esponjas y los celentéreos. Estos últimos dieron origen a dos grandes ramas: una chica donde la integran gusanos, moluscos y artrópodos y otra grande que se divide en dos tipos: los equinodermos (como la estrella de mar) y los cordados (que lo integran todos los vertebrados.
Los vertebrados se inician con peses sin mandíbulas (ostracodermos) y luego se desarrollan con mandíbulas surgiendo entre ellos una gran diversidad (allí ubicamos a los tiburones remotos), continuando la evolución hacia los primeros anfibios (estegocéfalos) dando un paso importante en la historia; la vida animal de vertebrados marinos comienzan a pisar tierra firme.
Fueron los reptiles los primeros, los que en su evolución unos (los teriomorfos) generaron los primeros mamíferos; y otros, los reptiles planeadores, generaron las primeras aves.
Como estamos describiendo, plantas y animales poseen un origen común, lo que hace que debamos considerar al mundo orgánico como una unidad. Unidad que se manifiesta en la existencia de propiedades análogas como respiración, nutrición y evacuación (metabolismo); capacidad de reaccionar a estímulos exteriores (excitabilidad); crecimiento y transformación (desarrollo histórico) y herencia entre otras. Todos esos organismos, vegetales y animales, pequeños o grandes, jóvenes o viejos, cuentan de células y se fueron conformando en el transcurso de millones de años. La unidad de la vida orgánica tiene su expresión mayor en que necesitan existir ambas, lo que significa que sin vida vegetal no habría vida animal y viceversa.
Se trata de la famosa cadena alimenticia: los vegetales, mediante la fotosíntesis, generan sustancias orgánicas consumiendo inorgánicas, generando, de esa manera, las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono. Es la fotosíntesis el fenómeno que nos permite acumular directa (plantas) o indirectamente (animales) la energía solar que consumimos y gastamos. La fotosíntesis es sinónimo de vida, pero también es un proceso que necesita “alimentarse” y su alimento básico es el anhídrido carbónico que tiramos al aire cuando nosotros, los animales, respiramos. Y debemos agregar el importante papel que juega el suelo, la tierra, habitados por una enorme diversidad de seres unicelulares, por gusanos, larvas, lombrices, que participan activamente en el desarrollo histórico del mismo. Y el papel importante que juegan los insectos, en especial en la polinización que posibilita la descendencia de las plantas. En la materia, aún lo quieto está en movimiento.
¿Qué tiene que ver este capítulo con la economía política científica? Tiene que ver, pues el hombre se forma como tal como consecuencia del desarrollo de la materia que parte de hace dos mil quinientos millones de años y encuentra su manifestación más compleja en la creación y el desarrollo del cerebro humano. Pero ese cerebro humano se diferencia del resto de los animales pues el hombre logró un enorme avance en el sistema nervioso central producto de que debieron de agruparse para sobrevivir, de comunicarse entre sí (y surge el lenguaje) y de poder pensar. Y el motor impulsor de ese cambio en la materia más compleja fue, es y será el trabajo.
Darwin (señala Engels en su escrito inconcluso “el papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”) había realizado una descripción de nuestros antepasados, señalando que en una zona tropical, a fines del período terciario, existía una raza de monos antropomorfos muy desarrollada que vivían en árboles y formaban manadas. Al desempeñar funciones distintas las extremidades, las mismas se fueron desarrollando de manera desigual. Con las manos se trepaba, se recogían los alimentos y se los sostenía para ingerirlos; también para asir un palo como garrote y defenderse o para arrojar piedras o frutas y con los pies se apoyaban en las ramas para descansar. En los árboles dependían más de las manos que de los pies. Pero por diferentes razones (posiblemente cataclismos que terminaron con los bosques húmedos) debieron bajar de los árboles y caminar por el suelo, al inicio torpemente, luego auxiliado con una vara y luego adoptando la posición erecta, paso importante en la transformación del mono en hombre. Es obvio que este proceso no se da con todos los monos sino con aquellos más desarrollados y mejor preparados para superar con éxito los duros cambios que producía la naturaleza. Pero si bien ello iniciaba un camino los monos antropomorfos existentes hoy pueden caminar con los pies y permanecer erectos, aunque sólo lo hacen en caso “de extrema necesidad”.
Muchos miles de años lleva el período de transición del mono al hombre y durante ese extenso período la mano juega un papel fundamental y va adaptándose adquiriendo más destreza y habilidad y “ésta mayor flexibilidad adquirida se trasmitía por herencia y se acrecía de generación en generación”. Pero aún así, en la etapa de transición, sólo podían cumplir operaciones sencillas. “Ni una sola mano simiesca ha construido jamás un cuchillo de piedra, por tosco que fuera”
Engels complementaba su tesis expresando que la mano no era algo con existencia propia e independiente, que era sólo una parte de un organismo entero y muy complejo, y lo que beneficiaba a la mano beneficiaba a ese organismo. Es lo que Darwin llamó “Ley de correlación del crecimiento” que indica que “las modificaciones experimentadas por ciertas formas provocan cambios en las otras formas del organismo”.
La mano se desarrolla en función del trabajo que el hombre mono debe realizar para sobrevivir. “La mano no es sólo el órgano del trabajo; es también producto de él”.
Engels afirma que no es posible buscar los orígenes del hombre, “el más social de los animales” en “antepasados inmediatos que no vivieran congregados” y esos antepasados que vivían en manadas eran los monos. El trabajo, a que se vieron obligados a realizar los hombres monos agrupados, desarrollaba la habilidad de la mano y, la experiencia y habilidad creciente que se adquiría, iba ampliando sus horizontes en el desarrollo histórico. Actividad creciente y conjunta y ayuda mutua, donde comienzan a separarse funciones, hacer surgir otra necesidad: la de comunicarse, la de dar origen al lenguaje, a la palabra articulada.
“Primero el trabajo, luego y con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano, que a pesar de toda su similitud, lo supera considerablemente en tamaño y perfección. Y a medida que se desarrollaba el cerebro, desarrollábanse también sus instrumentos más inmediatos: los órganos de los sentidos”. Agrega Engels que “el sentido del tacto, que el mono posee a duras penas en la forma más tosca y primitiva, se ha ido desarrollando únicamente con el desarrollo de la propia mano del hombre, a través del trabajo. El desarrollo del cerebro y los sentidos a su servicio, la creciente claridad de la conciencia, la capacidad de abstracción y de discernimiento cada vez mayores, reaccionan a su vez sobre el trabajo y la palabra, estimulando más y más su desarrollo”. Se cumple así la “ley de correlación del crecimiento” esbozada por Darwin.
Es muy interesante lo que escribe Engels en su inconclusa obra “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre” y muy recomendable leer el texto completo. En este capítulo reproduciremos una parte que lo vincula al cerebro.
“¿Y qué es lo que volvemos a encontrar como signo distintivo entre la manada de monos y la sociedad humana? Otra vez el trabajo. La manada de monos se contentaba con devorar los alimentos de un área que determinaba las condiciones geográficas o la resistencia de las manadas vecinas. Trasladábase de un lugar a otro y entablaba luchas con otras manadas para conquistar nuevas zonas de alimentación: pero era incapaz de extraer de esas zonas más de lo que la naturaleza buenamente le ofrecía, si exceptuamos la acción inconsciente de la manada, al abonar el suelo con sus excrementos. Cuando fueron ocupadas todas las zonas capaces de proporcionar alimento, el crecimiento de la población simiesca fue ya imposible; en el mejor de los casos el número de sus animales podía mantenerse al mismo nivel. Pero todos los animales son unos grandes despilfarradores de alimentos; además, con frecuencia destruyen en germen la nueva generación de reservas alimenticias. A diferencia del cazador, el lobo no respeta la cabra montés que habría de proporcionarle cabritos al año siguiente; las cabras de Grecia, que devoran los jóvenes arbustos antes de que puedan desarrollarse, han dejado desnudas todas las montañas del país. Esta “explotación rapaz” llevada a cabo por los animales desempeña un gran papel en la transformación gradual de las especies, al obligarlas a adaptarse a unos alimentos que no son habituales para ellas, con lo que cambia la composición química de su sangre y se modifica poco a poco toda la constitución física del animal; las especies ya plasmadas desaparecen. No cabe duda de que esta explotación rapaz contribuyó en alto grado a la humanización de nuestros antepasados, pues amplió el número de plantas y las partes de éstas utilizadas en la alimentación por aquella raza de monos que superaba con ventaja a todas las demás en inteligencia y en capacidad de adaptación. En una palabra, la alimentación, cada vez más variada, aportaba al  organismo nuevas y nuevas sustancias, con lo que fueron creadas las condiciones  químicas para la  transformación de esos monos en seres humanos. Pero todo eso no era trabajo en el verdadero sentido de la palabra. El trabajo comienza con la elaboración de instrumentos. ¿Y qué son los instrumentos más antiguos…? Son instrumentos de caza y de pesca; los primeros utilizados también como armas. Pero la caza y pesca suponen el tránsito de la alimentación exclusivamente vegetal a la alimentación mixta, lo que significa un nuevo paso de suma importancia en la transformación del mono en hombre. El consumo de carne ofreció al organismo, en forma casi acabada, los ingredientes más esenciales para su metabolismo. Con ello se acortó el proceso de la digestión y otros procesos de la vida vegetativa del organismo (es decir, los procesos análogos a los de la vida de los vegetales), ahorrando así tiempo, materiales y estímulos para que pudiera manifestarse activamente la vida propiamente animal. Y cuando más se alejaba el hombre en formación del reino vegetal, más se elevaba sobre los animales… Pero donde más se manifestó la influencia de la dieta cárnea fue en el cerebro, que recibió así en mucha mayor cantidad que antes las sustancias necesarias para su alimentación y desarrollo, con lo que su perfeccionamiento fue haciéndose mayor y más rápido de generación en generación”. 
Habíamos mencionado que la vida de los seres más simples. Los pre-celulares ya poseían la propiedad del metabolismo; que los unicelulares (protozoos y amebas) contenían citoplasma, núcleo y membrana protectora y que luego fueron desarrollándose los pluricelulares, con más de una célula. La cantidad de células aumenta la complejidad y la calidad del ser vivo.
El cerebro humano es un órgano pluricelular compuesto esencialmente de neuronas y células gliales. ¿Cuántas células? Las neuronas se estiman (en el mayor cálculo) en cien mil millones (100.000.000.000) y las células gliales en diez veces más que las neuronas, es decir un millón de millones (1.000.000.000.000). Es en ese órgano donde la materia refleja su mayor desarrollo y perfección. Las células gliales actúan como soporte y custodia de las neuronas y del procesamiento cerebral de la información. Algunas de ellas hasta reemplazan a las funciones de las neuronas en caso de lesión o muerte de éstas.
Las células gliales o neuroglias se clasifican en macroglias y microglias, las primeras operan en el sistema nervioso central -SNC- (astrocitos protoplasmáticos y fibrosos; oligodendrocitos interfasciculares y satélites y células empedimarias puras o modificadas como tanicitos); las segundas operan en el sistema nervioso periférico –SNP- (Células satélites o capsulares, células de Schwann, células de Muller y otras). Un millón de millones controlando el microambiente celular (a su composición iónica) a los neurotransmisores y a la alimentación con el suministro de citoquinas.
Las células neuronales, que es la forma en que se define a la célula nerviosa y a sus prolongaciones, se clasifican de varias maneras. En este capítulo de un libro de economía, nuestra intensión es simplemente remarcar la importancia de la evolución de la materia orgánica, por lo tanto, la clasificación que efectuamos tanto de las células gliales como las neuronales pueden ser distintas a otras que efectúen los especialistas del tema específico. Estamos refiriéndonos a un máximo de cien mil millones de células neuronales que llevamos en nuestra cabeza. Se encargan de recibir los estímulos provenientes del medio ambiente, los convierte en impulsos nerviosos y los trasmiten a otras neuronas y finalmente van a finalizar a células musculares o glandulares que se encargan de dar respuesta a esos impulsos. Adoptamos la clasificación en cuatro grupos en relación con sus funciones: 1. Soma (neurotransmisores que integran: núcleo, citoplasma, sustancia de Nissi, aparato de Golgi, mitocondrias, neurofibrillas, microtúbulus, lisosomas, centriolos, lipofusinas  melaninas); 2. Dendritas (principales áreas receptoras de impulsos de tipo celulípeta; son prolongaciones del soma con estructura similar al citoplasma, que incrementan el área de contacto de la neurona mediante sus ramificaciones y espinas dendríticas); 3. Neurita (o Axón) que es la prolongación extensa de la neurona (consiste en neurofilamentos y neoritúbulos envueltos en una membrana y conduce el impulso nervioso en sentido celulífugo) y 4. Cono Axónico que es el encargado de iniciar el impulso nervioso.
Hace dos mil quinientos millones de año se iniciaba el camino a la vida desde la materia inorgánica a la orgánica, la vida pre-celular se convertiría en celular y luego en multicelular, llegando a entrelazarse de manera maravillosa dando origen a ese órgano en extremo complejo que denominamos cerebro humano y que está integrado con miles de millones de células (neuronales y gliales) que pesan un kilo y medio promedio, que se “encierra” en el cráneo, en 1.200 centímetros cúbicos de capacidad y poseen axones mielinizados equivalente a 180 mil kilómetros de extensión si las pudiéramos “desenredar” y  10 mil millones de células “piramidales” que transmiten las señales a través de mil billones de conexiones. ¿Milagro? No: trabajo, vida en sociedad y paciencia.
“Homo sapiens” significa “hombre racional”. En esa simple definición ya encontramos lo más valioso que posee un ser humano y que lo “despega” del mundo animal: el raciocinio expresado a través del pensamiento y del desarrollo de la conciencia, de las percepciones, de las sensaciones, que intentan y logran aproximarse a ser un fiel reflejo del mundo exterior.
Las sensaciones nos vinculan con la realidad, con la naturaleza. La palabra proviene del latín “sensus” que deriva en “sensualismo” teniendo en filosofía a su más destacado impulsor: el inglés John Locke. Uno de sus discípulos, Etienne Bonnot de Condollac, francés, publicó en el año 1754 el tratado de las sensaciones donde expresa, como “materialista sensualista”, la siguiente frase: “… es un trabajo destinado a descubrir las leyes y el proceso que posibilita crear o formar el pensamiento y con él todas las fuerzas espirituales del ser humano… “Debemos comenzar a observarnos desde las primeras sensaciones que experimentamos; debemos descubrir las causas de nuestras primeras operaciones mentales, llegar hasta la fuente de nuestras ideas, mostrar su origen y observarlas hasta los límites que nos ha fijado la naturaleza. En una palabra, como se expresaba Bacón, debemos reconstruir todo el raciocinio humano”
Para su análisis, Condillac recurre a la abstracción. Se imagina una estatua semejante a un hombre, a la que define como “un modelo muerto de un hombre vivo” Luego, a esa estatua, a ese “modelo muerto” le incorpora un sentido: el olfato, y ya la estatua comienza a percibir el mundo… y luego le agrega la vista, el oído, el tacto… A cada agregado de un sentido la percepción del mundo se amplía notablemente pero se señala que, en esa estatua, que ahora cobra vida, no alcanza a explicarse las complejas formas del pensamiento del hombre adulto. De allí surge una premisa: la percepción previa del mundo exterior no alcanza para conocer la naturaleza.
Condillac menciona (sobre el desarrollo hipotético de la conciencia en la estatua) que el principio en que el ser humano desarrolla sus facultades es muy sencillo, ya que está contenido en las sensaciones mismas, pero a la vez asegura que los sentidos no dan al ser que los posee la posibilidad de juzgar sobre la existencia real de esos objetos exteriores, y enuncia: “Para obligar al hombre a pensar que existen los cuerpos hacen falta tres cosas: primero que sus miembros puedan moverse; segundo que su mano, órgano fundamental del tacto, lo palpe a él y a todo lo que lo rodea y tercero que, entre las sensaciones que experimente su mano, exista una sensación que necesariamente represente a los cuerpos”
Condillac denomina con la palabra “ideas” a todas las percepciones relacionadas al mundo exterior y las clasifica en dos categorías: sensoriales e intelectuales. Las sensoriales nos permiten percibir directamente los objetos, las intelectuales derivan de que esa percepción inicial se fija en nuestra memoria y nos permite operar con esos objetos sin su presencia. Y llega a este punto: admite que las sensaciones constituyen la fuente del conocimiento de la naturaleza y que la naturaleza constituye la base sobre la cual se desarrolla el hombre y el pensamiento.
Es un gran aporte de este materialista pre marxista. Al igual que Darwin ese pensamiento poseía sus límites, ya que la estatua no necesita vivir el sociedad con otras estatuas para convertirse en hombres.
Paul Holbach sintetiza su tesis con esta frase: “El hombre es obra de la naturaleza”. Define que su capacidad de pensar tiene su origen en la naturaleza y en su contacto con ella es donde se desarrolla. Afirma que lo prueba el acontecimiento que se repite siempre (la experiencia diaria): que todos los niños han crecido hasta llegar a seres que piensan y hablan, es decir, hasta llegar a ser racionales. También su límite se encuentran, en estos filósofos pre marxistas, de no incluir el medio social y como consecuencia no se observa, o se desconoce, o se subestima (quizá porque las ciencias sociales no estaban tan desarrolladas) que el medio social donde el individuo crece y se desarrolla ejerce un fundamental papel en su formación, y antes, en su sobrevivencia, pues si nadie lo alimenta muere y si es alimentado por animales se desarrolla como ellos si logra sobrevivir.
Darwin lanza su teoría en un medio hostil y define: “El hombre proviene del mono”. A partir de allí muchos otros científicos profundizan sus investigaciones y comienzan a definir con más claridad el larguísimo proceso de transición del mono a hombre.
Hace varios millones de años el planeta era cálido y húmedo, con gran parte de su superficie cubierta de bosques y, por ello, los animales, en particular varias especies de monos, estaban muy bien adaptados para la vida en los árboles. Podría haber sido siempre así, si la materia no fuera tan dinámica e inquieta.
En el plioceno superior, hace apenas 4 millones y medio de años, el clima comienza a experimentar cambios que modificaron el hábitat de los mamíferos produciendo, a la vez, cambios en ellos. Como consecuencia de esos cambios muchas especies desaparecen y otras sobreviven modificadas. Cando surgen las grandes cadenas montañosas, se reduce la temperatura, aparecen grandes regiones desérticas y secas, cambia el régimen de las aguas. Se les crea a los mamíferos, en especial a los monos, una situación en extremo difícil.
Con la reducción de los grandes y cálidos bosques surge el hambre, surge la alternativa de morir de hambre o buscar otros espacios más acogedores. No era para nada un proceso fácil, obtener otros espacios era también una forma de prolongar la agonía. Había que dar un paso fundamental, un paso que lo colocaba por encima de la naturaleza que lo había creado y ahora lo aniquilaba. Había que superara las leyes biológicas de adaptación al medio.
Partimos de un animal corpulento. Que trepaba y se desplazaba con facilidad entre los árboles, pero que se desplazaba con torpeza en el suelo. Cuando los árboles comenzaron a reducirse el mono tuvo que transitar mucho más sobre el suelo y a trasladarse por tierra en busca de alimentos. De esa manera el mono comienza el recorrido hacia el hombre. Y del bosque recoge una valiosa herramienta, un simple palo, que le permite mantenerse erguido e ir modificando su fisonomía.
Al desaparecer el bosque desaparece la principal fuente de alimentos, desaparece también el lugar que les permitía guarecerse de la lluvia y el viento, y desaparece la acogedora temperatura con su humedad y calor templado. Ahora el mono debía salir a buscar alimentos y agua, encontrar un nuevo refugio que lo protegiera del frío. Debía obtener abrigo. Y todo ello no podía hacerlo solo. La recolección habitual se tornó tan escasa que ya no garantizaba la alimentación. Los lugares despejados eran muy fríos y los enfermaban; los refugios se limitaban a cavernas y cuevas que les serían útiles siempre que no estuviesen ocupadas por otros animales, especialmente osos y felinos, y debían encontrarse cerca de ríos y arroyos, donde obtener agua.
Sólo la caza de animales grandes podían proporcionarles alimentos en cantidades importantes, además de pieles y cueros que los protegiera del frío. Esto no se podía lograr solo, el mono no podía enfrentar solo su destino. No podía cazar solo los grandes animales, pero si se juntaban, si se integraban en manadas, sí era posible.
Muy pocos sobrevivieron. Los monos no poseían alas que les permitiera desplazarse por el aire como antes lo hacían con gran habilidad por los bosques. Tampoco contaban con los dientes y mandíbulas poderosas de los felinos, ni patas veloces como los antílopes a los que nunca podría alcanzar, ni la fuerza para enfrentar a un oso o a un rinoceronte.
Pero tantas desventajas estaba compensada por una ventaja muy superior: había desarrollado la capacidad de manipular objetos con las extremidades anteriores, capacidad que se desarrolló en su extensa vida en los bosques, arriba de los árboles, trasladándose sobre ellas. Capacidad que le permitió asir, agarrar objetos y utilizarlos como herramientas, la primera, como lo comentamos, un simple palo que utilizó para caminar erguido.
Y la otra ventaja, más superior aún, es la vida en comunidad: la manada que evitó la extinción de los monos que no podían sobrevivir solos, aún empuñando un palo. Podríamos afirmar que al vivir en “sociedad” no sólo pudieron sobrevivir sino también garantizar la existencia del hombre sobre el planeta.
En Economía Política tenemos la categoría “medios de producción” integrada por otras dos categorías: los objetos de trabajo (las materias primas, las cosas que arrancamos del medio), que utilizamos para convertirlo en un objeto que posea “valor de uso”, es decir, en un objetos que va a ser de utilidad; y los “medio de trabajo”, es decir, las herramientas que vamos a utilizar para construirlo.
Imaginemos una manada de monos ya erguidos que matan a golpes a un gran animal utilizando palos como garrotes o piedras como otro recurso. Ahora, al animal cazado y muerto hay que cuerearlo, cortarlo en pedazos, utilizar carne y sangre para alimentarse, utilizar el cuero o piel para abrigarse y utilizar los huesos de los cuales sacará nuevas y potenciales herramientas.
Imaginemos un mono tomando con sus manos dos piedras, una la utilizará como materia prima (objeto de trabajo), la tiene en la mano para sacarle filo con la otra piedra que sostiene en su otra mano y que utilizará como herramienta (medio de trabajo) ¿Porqué puede hacerlo? Por dos importantes razones: el mono cuenta con una herramienta natural; la mano y su capacidad de asir que le otorga su dedo pulgar y cuenta también con el desarrollo incipiente de coordinar operaciones que son reflejadas en su cerebro como consecuencia de la repetición de esas operaciones.
Nuestro mono comenzó eligiendo como herramienta una piedra más blanda y frágil, y la herramienta se rompe. Repite esa operación con otra piedra y en un momento obtiene la adecuada. Lo mismo le ha sucedido con la piedra sobre la que iba a trabajar, que se quebraba pues no era la adecuada. Repite también la operación hasta que acierta con la roca correcta. Allí encontramos la importancia de tener manos libres y fuertes, de desarrollar el sentido de esa fuerza, de combinar el trabajo con la vista… El trabajo y la experiencia que con él se adquiere permiten que se desarrollen coordinaciones más finas que dan como resultado herramientas más eficientes.
La fuerza de las manos, la agilidad de las extremidades, el filo de los dientes, la robustez de las mandíbulas, etc. sólo puede ser utilizado por el individuo que lo posee, pero la herramienta que se ha construido, aún de uso individual originalmente, puede ser utilizada por cualquier miembro de la manada, aún por aquellos que no la han construido y no saben aún producirlas.
Con el surgimiento de la producción de herramientas, el mono-hombre comienza a colocarse por encima de las leyes biológicas. A partir de allí, se reduce gradualmente la influencia de las mismas sobre la vida. Deja de ser, para poder sobrevivir, la lenta adecuación de los órganos naturales al cambiante medio ambiente, para pasar a ser los instrumentos de trabajo (las herramientas) y los bienes que con ellas se producen, lo que garantizan la sobrevivencia.
Y lo más importante: Trabajo y producción significan operaciones coordinadas y éstas se ven reflejadas en el cerebro. Lentamente, al cerebro de mono-hombre, se van incorporando operaciones cada vez más complejas y más efectivas.
El consumo de los animales en general se realiza mediante la utilización de sus órganos naturales. El primate puede utilizar un palo para bajar una fruta que no alcanza. El hombre-mono utiliza herramientas, como la lanza, para cazar, por ejemplo, antílopes. Los animales, incluido el primate, consumen los alimentos obtenidos naturalmente. El hombre-mono utiliza herramientas y los cocina.
La naturaleza es la base general, la que da origen a la vida, pero no es la que da origen al surgimiento del hombre y de su conciencia. Esto último deriva de las ciencias sociales, de la necesidad de vivir en comunidad, de la necesidad de producir bienes para sobrevivir, de la necesidad de ir transmitiendo esas experiencias para que las próximas generaciones partan de un escalón mayor.
La adaptación al medio por parte del hombre-mono, que ya no dependía de las leyes biológicas sino del trabajo en grupos, influyó directamente en el funcionamiento del sistema nervioso central en general y en la modificación nerviosa superior en particular.
La construcción de instrumentos de producción para producir instrumentos de caza generaba nuevas formas de cazar y ello exigía a los integrantes de la manada actividades coordinadas y complejas. También el desmembramiento de la pieza obtenida y su distribución lo requerían.
Esa actividad nerviosa superior, su perfeccionamiento, en especial en su etapa inicial, iba también a dar cumplimiento a las leyes biológicas comunes a todo ser viviente: “el cambio de una función modifica y cambia el órgano correspondiente”. Esos cambios biológicos se manifestaron en el sistema nervioso central y se manifiestan con claridad en el crecimiento de la masa encefálica y en el desarrollo de la corteza de los grandes hemisferios. El cerebro de 435 cm3 pasa a desarrollarse hasta ocupar más de 1.250 cm3
Darwin descubrió los factores fundamentales de la evolución biológica de los organismos: herencia, variabilidad y selección natural. Además demostró el vínculo genético del hombre con el mundo animal. Engels manifestó en su “Anti-Duhring esta frase: “… ya la propia procedencia animal del hombre nos indica que éste jamás puede desprenderse por completo de las características propias del animal…”
Pero en los límites de la evolución biológica surge una nueva forma de reflejo montado sobre la base de las relaciones laborales y sociales que hacen posible la transformación del mono en hombre. En primer lugar el trabajo, ya que de no haber sido por él no se habría producido el inicio de la especie denominada “homo sapiens”. Al respecto escribían Marx y Engels en “Feuerbach…” “El primer hecho histórico… de los individuos gracias al cual se distinguen de los animales no consisten en que piensan, sino en que comienzan a producir los medios de vida necesarios para satisfacer sus necesidades”.
En la especie “homo sapiens” producto de la evolución entre lo biológico y social, y por ende de las necesidades sociales que debían ser cubiertas, se fue modificando lentamente el programa genético, propio y exclusivo de esa especie. Un programa social que se reflejó en el ADN y que llevó a la necesidad de desarrollar un cerebro complejo, una mano desarrollada, un andar erecto, y una modificación en la laringe que permitiría el lenguaje articulado.
Es gracias a las peculiaridades biológicas del cerebro que las personas pueden desarrollar el lenguaje articulado, pensar y poseer conciencia. Pero conciencia y lenguaje no provienen del ADN, surgen socialmente, a través del proceso de comunicación. Un niño puede nacer en China, pero si se lo adopta recién nacido y se lo trae a la Argentina comienza a hablar el idioma de las personas que lo crían. Es claro que el hombre viene al mundo sin poseer conciencia ni ideas. Tanto el trabajo, como el intelecto, como las emociones y la voluntad van surgiendo a través de las relaciones sociales.
Morgan se refirió a dos “procesos de heredabilidad” siendo uno la continuidad material (células sexuales) y el otro la transmisión de experiencias de una generación a otra (habla y escritura). Ese proceso de heredabilidad que se manifiesta en todos los órganos, en el cerebro requiere especial atención. En el plano de la lucha de ideas, en el plano de la lucha política por un mundo más justo, ello significa formación humanista en cada generación. Kosolápov, en su escrito “La clase al ataque” escribía: “la conciencia socialista de los obreros, de los trabajadores en general, no se trasmite a las nuevas generaciones con el código heredado, sino que es asimilada y forjada por cada una de ellas en medio de las cambiantes condiciones del trabajo y de la vida, del desarrollo económico y político-social. Orientar este proceso es una de las funciones más difíciles e indispensables del partido marxista-leninista”.
El cerebro no se ha modificado como estructura biológica  desde la aparición del primer hombre hasta nuestros días. PERO SU POTENCIALIDAD, COMO ÓRGANO DE DONDE SURGE EL PENSAMIENTO, SE VA DESARROLLANDO DESPUÉS DEL NACIMIENTO BAJO LA INFLUENCIA SOCIAL, BAJO LA INFLUENCIA DE LA COMUNICACIÓN, BAJO LA INFLUENCIA DEL MUNDO QUE NOS RODEA. Por eso se va ampliando generación tras generación, se va enriqueciendo con el transcurso de la historia.
Ello es así pues el pensamiento humano supera los límites de la cognición sensible y se introduce en el pensamiento abstracto al que confronta con la práctica. En relación a esto Lenin escribía “De la percepción viva al pensamiento abstracto, y de éste a la práctica: tal es el camino dialéctico del conocimiento de la verdad, del conocimiento de la realidad objetiva”
Como podemos deducir, el cerebro humano es la máxima expresión de la materia organizada por miles de millones de células interconectadas. Es una caja donde se van a recibir, procesar lo que se denomina “percepción sensible”, proveniente de los sentidos vista, oído, tacto, olfato y gusto; todo ello derivado de lo biológico. Pero ese no es su límite, si lo fuese seríamos animales, es necesario, como expresaba Lenin, ingresar al nivel del pensamiento abstracto, y eso no se “hereda”, no integra el ADN, ello se logra con la transmisión de las experiencias de generación tras generación, es lo que Davidenko, en su libro “Problemas evolutivos genéticos en neuropatología” define con el nombre de “sucesión”. Dicha “sucesión” constituye la más elevada forma del movimiento de la materia. Y es, por su particularidad, exclusivamente humana, superando lo biológico sin dejar de conformar una unidad con ello.
Un congreso destinado a analizar teorías sobre cuestiones raciales, organizado por la UNESCO, con la participación de científicos de distintas especialidades, entre ellos biólogos, antropólogos, sociólogos, etc., arriban a una conclusión: “El predominio de la cultura constituye la especificidad de la especie humana y priva de sentido a las explicaciones del comportamiento humano basadas únicamente en el estudio de los comportamientos animales. De ningún modo pueden atribuirse a diferente genéticas las variaciones de los comportamientos colectivos”
Tal como afirmaba Engels: jamás vamos a desprendernos por completo de las características propias del animal; la selección natural, las leyes biológicas, siguen prevaleciendo en la etapa inicial, en el nacimiento, en la corta edad. Si un niño, al nacer, es abandonado en un bosque y posee la suerte de que un felino hembra, en vez de devorarlo, lo alimenta y lo cría como un cachorro más, ese niño, que nació con un cerebro “normal”, igual al de millones de niños, si sobrevive algunos años, no sabrá articular palabras, pese a tener laringe desarrollada, difícilmente se erguirá pese a tener extremidades preparadas para ello, no sabrá leer, no aprenderá a escribir, no podrá pensar, no entenderá al mundo que lo rodea salvo por sus sensaciones. Se han dado casos, pocos pero lo suficiente para confirmar que es lo social lo que diferencia al hombre del resto de los animales. El niño no es ya un animal desde su gestación, sin embargo se convierte en un animal más si carece de  contacto social, además, con enormes desventajas sobre los animales, pues ahora no está preparado para sobrevivir como éstos.
El cerebro es una caja receptora de información y de experiencias históricas. Pero… ¿Qué sucede si esa transmisión en manipulada en función de intereses mezquinos? ¿Qué sucede si se falsea la historia, si se la analiza de manera idealista o metafísica, si se elude en lo social el análisis científico? ¿Qué es lo que llena esa caja predispuesta genéticamente a recibir información y procesarla? ¿Es posible eludir la manipulación de las mentes que producen los grandes medios de comunicación en manos de los pocas familias propietarias (expropiadoras) de grandes grupos económicos?
¿Dos mil quinientos millones de años (2.500.000.000) para que un órgano tan perfecto se desarrollara, nos desprendieran del reino animal y pasáramos a depender de sistemas perversos donde predomina la explotación del hombre por el hombre?
¿Cómo es posible que un pobre y marginado vote por el que lo empobreció y marginó? ¿Cómo es posible que un estudiante universitario y un profesional de capa media reinstalen en el poder, aún cuando se sienta “indignados” a los responsables de sus desgracias?
¿Cómo es posible que millones de seres humanos se maten entre sí en las guerras del imperialismo creyendo que estaban defendiendo su patria, y que aún hoy, cuando ya se saben que los imperialistas de ambos bandos obtenían enormes ganancias con la muerte de más de cien millones de “animales superiores”, lo sigan creyendo?
¿Cómo es posible que muchos consideren que los males que sufren socialmente se deben a sus propias limitaciones y no al sistema imperante?
¿Cómo es posible que aquellos que saben que sus desgracias son culpa del sistema imperante, sostengan que así es la vida y que a ellos les ha tocado ese lugar y por ello se resignen?
El cerebro es el órgano más poderoso del ser humano y sin embargo ¡es tan frágil! En este libro, de Economía Política y Social Científica, tratamos de colocar nuestras mejores intenciones para que el cerebro vaya ganando fortaleza y que su fragilidad se limite (y cada vez menos) a consecuencias biológicas y no sociales.

¿Qué es el Marxismo-leninismo?

“La importancia del marxismo proviene de que no es una filosofía más, un progreso cuantitativo sobre las viejas filosofías, sino un salto cualitativo que abre un nuevo capítulo en la historia del hombre y que por primera vez coloca a la filosofía misma en las alturas del rigor científico. La nota distintiva del materialismo dialéctico no es tanto su concepción monista como el descubrimiento de las leyes objetivas que rigen el movimiento de la materia mediante el proceso de la contradicción”...
“El hombre es libre no por un acto de elección sino por haberse elevado al conocimiento de las leyes objetivas de la naturaleza y de la sociedad; el hombre es libre porque tiene conciencia de la necesidad por su conocimiento, y deja de ser inerme víctima de las circunstancias”...
“Para el marxismo, en definitiva, la filosofía no es especulación sino transformación (Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que ahora se trata es de transformarlo –Carlos Marx– Tesis sobre Feuerbach)”
“La prueba de la práctica histórica muestra que el marxismo es teoría revolucionaria por que proporciona la única comprensión racional de la dinámica de la historia y de las leyes de su movimiento, regido por la lucha de clases. Su concepción científica de la historia –despojada de todo sentimentalismo romántico, de toda inmersión en el misticismo teleológico, de toda sofocación en la angustia pequeño burguesa- permite por lo mismo reconocer el porvenir entre los datos de la legalidad, susceptibles de ser empleados para acelerar la modificación de las circunstancias. Cuando a la filosofía se le asigna este epíteto transformador se descubre recién en toda su hondura el pensamiento de Gramsci sobre el político como “filósofo real”. “El hombre –escribe Gramsci- es esencialmente político, puesto que en la actividad para transformar y dirigir conscientemente a los otros hombres realiza su humanidad, su naturaleza humana”. Y puesto que -como dice Marx en la Ideología Alemana- “la conciencia no puede ser jamás otra cosa que el ser consciente y el ser del hombre es su actividad vital real”, es indudable que el humanismo no puede ser otra cosa que la realización total y verdadera  de aquel zoon politikon que vieron los griegos en el apogeo de su humanismo clásico. Lenin enunció como ideal que también una cocinera aprendiese el manejo del Estado y es indudable que con ello daba tono profundo a esa realización de la humanidad del hombre donde la filosofía se verifica como praxis transformadora del signo mismo de la existencia”. (Héctor P. Agosti –Prosa Política- 1975)

Definiremos al marxismo-leninismo como un sistema de concepciones científicas en constante desarrollo

                        Filosóficas (El materialismo –dialéctico e histórico-)
                        Económicas (La propiedad social)
                        Político-sociales ((El Socialismo y el Comunismo)

Que expresa los intereses fundamentales de:

                        La clase obrera.
                     El campesinado
                        Y otras clases y sectores sociales aliadas a ellos.

Basado en datos de:

                        La ciencia (Revela leyes del mundo objetivo)
                        Y la práctica (Proporciona un método de conocimiento)
                     Como unidad insoluble entre teoría y práctica revolucionaria.

Que da respuesta a los problemas planteados por el desarrollo de la sociedad y determina los caminos y condiciones de transformación de la misma.

Que posee un carácter crítico-revolucionario, transitorio, en desarrollo (se renueva y desarrolla permanentemente); determinado por las condiciones materiales de vida.

Que considera a la sociedad como un organismo íntegro, tanto en la vida económica (Fuerzas productivas y relaciones de producción) como en la vida social (El Estado, la política, el derecho, la moral, la ética, la filosofía, el arte, la religión...)

Lo definiremos como una ciencia especial. El marxismo-leninismo es una ciencia especial que:

Estudia lo general (no lo particular) de todos los objetos y fenómenos comenzando con la materia (mundo material) y su reflejo en la conciencia del hombre (El pensamiento).
Las ciencias particulares investigan por separado el mundo objetivo: la física los nexos y relaciones entre los objetos y los fenómenos físicos; la biología la vida y sus leyes; la economía política las leyes económicas que rigen el desarrollo de la sociedad y las relaciones de producción entre los hombres, etc.
Que tiene como objetivo:

Demostrar científicamente que el mundo es material por naturaleza y existe independientemente de la conciencia.
Ahondar sobre la capacidad de la mente humana de conocer el mundo material, de ser su reflejo más o menos fiel.

Utilizando como herramientas de análisis:

                        El materialismo dialéctico (La filosofía del marxismo)
                        El materialismo histórico (La sociología científica)

Para la transformación revolucionaria de la sociedad.


¿Qué es el materialismo dialéctico?
Es la unidad del:
Materialismo (Lo primario es la materia –el mundo objetivo- materia sujeta a leyes; materia que se mueve, se desarrolla y cambia)       y la
Dialéctica (Método científico del conocimiento de la naturaleza y la sociedad; del mundo exterior (objetivo) y del pensar (subjetivo)
Es un sistema filosófico de:
                        Conceptos
                        Categorías                            Todos generales y amplios.
                        Principios y
                        Leyes científicas

“El objeto del materialismo dialéctico consiste en determinar las verdaderas relaciones entre la materia y la conciencia, en demostrar científicamente que el mundo es material por su naturaleza y existe objetivamente, por sí mismo, independientemente de la conciencia; que la materia es lo primario, lo determinante con relación a la conciencia. Al mismo tiempo, el materialismo dialéctico debe aclarar otro aspecto de este problema: la capacidad de la mente humana de conocer el mundo material, de ser su reflejo más o menos fidedigno” “Makarov
Es también la unidad orgánica de:
La dialéctica materialista (las leyes más generales del desarrollo del mundo y de la materia).
La lógica dialéctica (las leyes y formas del modo de pensar).
La teoría de conocimiento (La ciencia de las leyes del conocimiento).

(La lógica formal es la ciencia que estudia las formas o estructuras generales del pensamiento: concepto, juicio, razonamiento, deducción, demostración, etc. Lo realiza desde el punto de vista de su estructura lógica al abstraerse del contenido concreto expresada en ellas. La lógica dialéctica es la ciencia de las leyes y formas generales del movimiento del pensamiento, no como simples envolturas, sino considerando los nexos y relaciones que en ellos se expresan. Investiga los caminos para conocer, mediante el pensamiento, la realidad objetiva. Investiga la relación entre las categorías filosóficas). 
E incluye como parte suya al
                        Materialismo histórico con:
Los mismos principios fundamentales pero aplicados solo a la sociedad. Considerando:
El reconocimiento del ser social con independencia de la conciencia social de la humanidad.
La conciencia como el reflejo del ser, en el mejor de los casos, su reflejo aproximadamente fiel.

¿Qué es la realidad objetiva? (Conceptos de materialidad)
                        El mundo es material por naturaleza.
Todos los fenómenos del mundo conforman aspectos diferentes de la materia en movimiento y cambio.
El mundo existe fuera de la conciencia y es independiente a ella.

En este ejemplo lo objetivo y lo material son coincidentes, pero no todo lo objetivo es material. La realidad objetiva incluye inmaterialidad:
                        Las ideas
                        Los conceptos
                        Las leyes

Podemos afirmar que: Todo lo material es objetivo pero no todo lo objetivo es material.

¿Qué es la naturaleza?

                        Un conjunto de objetos y fenómenos.
                        Un sistema de nexos, procesos y cambios.
                        Es eterna (nada se pierde, todo se transforma).
                        Es independiente de la conciencia.
                        Es infinita.
                        Nada existe fuera de ella.
                        Cambia por causas y leyes naturales.
                        El movimiento dialéctico es inherente a ella.

Entre otras, el diccionario define a “naturaleza” como “conjunto, orden y disposición de todo lo que compone el universo”. Podríamos afirmar que la naturaleza es un conjunto de procesos que se realizan por medios naturales, fuera de la acción de la actividad humana. Procesos geológicos, climáticos, físico-químicos, biológicos, etc. Procesos que existen y se repiten muchos años, miles de millones de años antes de que el ser humano apareciera en el planeta gracia a propiedades muy particulares que había desarrollado la naturaleza en el planeta tierra. Ahora bien, las personas somos parte de la naturaleza; podríamos decir que constituimos el producto supremo de la naturaleza y que nos encontramos subordinados a sus leyes fundamentales. Pero más que adaptarnos a la naturaleza lo que hacemos es transformarla y adaptarla a nuestras necesidades y objetivos. Transformarla, como señalaba Carlos Marx, en “el cuerpo inorgánico del hombre”. Además, ese hombre, crea una especie de “segunda naturaleza”, de cosas y procesos que la primera naturaleza no puede crear bajo la acción de sus propias fuerzas. Surge el mundo de la cultura humana. Entonces hay que hablar de naturaleza y sociedad y la transformación social de la naturaleza no es una tarea técnica, es una relación que está marcada por el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. Cuando esas relaciones de producción poseen su basamento en la propiedad privada de los medios de producción y en la competencia se producen consecuencias indeseables que ponen en riego la vida misma de las personas en el planeta (contaminación del agua y el aire, calentamiento, catástrofe, radiaciones, elevación del nivel del mar, cambios climáticos, etc.) La existencia de antagonismos sociales conspirar contra la armónica relación naturaleza-sociedad.

El mundo: ¿es una unidad?

                        El mundo material: la naturaleza.
De la estructura celular al ADN. El origen de las especies (Darwin). La ley de conservación y transformación de la energía.
El mundo social: la sociedad.
No es un simple eslabonamiento mecánico de fenómenos diferentes sino un organismo vivo cuyos diversos aspectos se encuentran en acción y dependencia recíprocas.

Son las relaciones de producción entre los hombres lo que dan unidad al mundo material con el mundo social. Tienen como objetivo la producción social, que es la base material del desarrollo y funcionamiento de las formaciones económico-sociales.

¿Qué es la materia?

“La materia (el concepto materia) es una categoría filosófica que sirve para designar la realidad objetiva, que es dada al hombre en sus sensaciones; que es copiada, fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones y que existe independientemente de ellas”.  Lenin: Materialismo y empirocriticismo.

El materialismo dialéctico considera materia a toda la diversidad del universo, cualquiera sea sus formas concretas o sus propiedades. La materia, como tal, posee una propiedad básica: “ser una realidad objetiva” que existe fuera de nuestra conciencia.

¿Qué contiene la materia?

                        Todos los objetos existentes
                        Todos los fenómenos existentes
                        Todas las formas conocidas
                        Y todo lo aún no conocido.
                        Con una propiedad básica: ser una realidad objetiva.

Contenido y forma son características del objeto. Se encuentran dialécticamente vinculados. Se trata del conjunto de las interacciones de los diferentes aspectos del objeto y de las funciones que ese objeto cumple. El contenido de cualquier objeto (o fenómeno) no es desordenado ni caótico, sino que se encuentra organizado en una forma determinada. Todo objeto es relativamente estable y posee determinada estructura, dicha estructura o contenido también se manifiesta en lo externo, esa manifestación es lo que caracteriza la forma. Contenido y forma constituyen una unidad. No existe contenido sin forma ni forma sin contenido, pero no son lo mismo y caracterizan distintos aspectos de los fenómenos de la realidad y, por ende, en su desarrollo desempeñan papeles diferentes. La forma no sigue al contenido de manera pasiva. La forma posee una independencia relativa y esa independencia influye sobre el contenido. Esa independencia relativa de la forma puede contribuir al desarrollo del objeto o, por el contrario, puede contribuir a frenarlo. El contenido posee mayor capacidad de agilidad y mutabilidad que la forma. La forma posee mayor estabilidad que el contenido. Ello hace que en determinada etapa del desarrollo la forma comienza a ser un gran obstáculo para el contenido, llegando a impedir su desarrollo. Desaparece la concordancia entre forma y contenido y se agudiza el proceso de tal manera que el contenido se desprende de su vieja forma y la reemplaza por una nueva. “...la lucha entre contenido y forma, y viceversa. Se elimina la forma cuando se supera el contenido”. Lenin. Un ejemplo: las fuerzas productivas serían el contenido, las relaciones de producción la forma. En el modo de producción capitalista las relaciones de producción capitalistas (la forma) impiden el desarrollo de las fuerzas productiva (el contenido). Para que las fuerzas productivas puedan continuar desarrollándose, hay que adoptar nuevas relaciones de producción, es decir, hay que cambiar de forma.  

¿Qué es el movimiento de la materia?
                        La materia se mueve conforme a sus leyes.
                        No hay (ni habrá) materia carente de movimiento.
                        El movimiento es el modo de existencia de la materia.
                        Es increable
                        Es indestructible

El movimiento es una propiedad interna inherente a la materia. Es su propiedad fundamental. El movimiento está indisolublemente unido a la materia. No hay movimiento sin materia, no hay materia sin movimiento. En un sentido más amplio movimiento es todo cambio y abarca a todos los procesos que se generan en el universo. Cuando nos referimos a todo cambio incluimos también a los cambios simples que sólo se manifiestan exteriormente sin modificar la estructura del objeto involucrado, como puede ser un cambio de temperatura. El movimiento incluye también el desarrollo, por el cual surgen objetos nuevos o funciones cualitativamente nuevas en objetos viejos. El movimiento de la materia no está condicionado por una fuerza sobrenatural,  se trata de un auto movimiento (modificación en las cosas que se produce sobre la base de fuerzas motrices internas). No obstante hay que señalar que existe momento de “quietud” en los objetos y fenómenos. De allí que el movimiento aparezca como la unidad de los contrarios, o sea: inmovilidad y cambio ó estabilidad e inestabilidad. La inmovilidad o estabilidad relativa permite que las cosas o fenómenos mantengan cualidades propias. Es de señalar que inmovilidad o quietud implica la conservación del estado movimiento que contiene el objeto o fenómeno. Movimiento e inmovilidad no poseen el mismo valor. El movimiento es absoluto, la inmovilidad relativa, es temporal, es limitada. El movimiento es absoluto como atributo general de la materia, pero también se manifiesta como relativo en forma de movimientos concretos aislados. Pues los movimientos de cuerpos aislados están limitados en el espacio y el tiempo, en cambio, el movimiento de la materia en general no se encuentra limitado por nada, es imposible de crear e imposible de destruir.  

¿Cuáles son las formas de movimiento de la materia?
                        El espacio universal
                                   Movimiento mecánico de los cuerpos celestes
                                   Movimiento ondulante de los micros-objetos (mecánica cuántica)
                        Las vibraciones moleculares (calor, corriente eléctrica, magnética, etc.).
                        Combinaciones o disociaciones químicas.
                        La vida orgánica.
                        La vida social como forma especial de movimiento.

La filosofía de los siglos XVII y XVIII concebían al movimiento como traslación de cuerpos en el espacio, es decir, como movimiento mecánico. El materialismo dialéctico, en conjunción con las ciencias naturales y sociales, señala la existencia de una serie de formas del movimiento de la materia (arriba señalados), cada uno de ellos con sus propias leyes y con la existencia de leyes superiores a las que se subordinan todas las formas del movimiento de la materia.

Federico Engels, en función de los avances científicos del siglo XIX señaló cinco formas fundamentales del movimiento de la materia: La mecánica (el traslado de los cuerpos en el espacio); la física (el movimiento de las moléculas); la química (el movimiento de los átomos); la biológica (la vida orgánica) y la social (la historia de la sociedad humana). El avance científico, el conocimiento, permitió descubrir nuevas formas de movimiento de la materia existiendo, entre todas ellas, una interacción orgánica. Las formas superiores del movimiento de la materia incluyen a las inferiores y se realizan sobre la base de ellas, pero no pueden reducirse a éstas. Ello es consecuencia de que cada forma posee propiedades específicas y un desarrollo sujeto a leyes que le son propios y le dan identidad a etapas cualitativamente distintas del desarrollo de la materia.

Formas de existencia de la materia:

                        Espacio. Espacio tridimensional: longitud, latitud, altura.
Tiempo: unidimensional, irreversibilidad, sucesiones objetivas de acontecimientos.

El mundo es el movimiento de la materia a través del espacio y el tiempo.
Movimiento sujeto a leyes.
Y nuestra conciencia, como producto superior de la naturaleza, solo puede reflejar esa sujeción a leyes (causalidad), pero no introducirla en la naturaleza.

La existencia es un concepto que equivale a todo el mundo que nos rodea. Como la materia, que existe objetivamente con independencia de nuestra conciencia. El rasgo más importante de la existencia es su materialidad. La conciencia es el reflejo de la existencia. Materia y existencia se comportan como sinónimo pues se emplean en el mismo sentido, pero la materia es la esencia de la existencia. La materia engendra, en su continuo movimiento, el desarrollo de infinidad de formas distintas de existencia. Con relación al desarrollo de la sociedad, la existencia en general se convierte en existencia social, es anterior a la conciencia social y determina su contenido.

Espacio y tiempo son formas fundamentales de la existencia de la materia. El espacio expresa el orden de los acontecimientos que se producen en un mismo tiempo y la extensión de los objetos materiales. El tiempo expresa el orden de los acontecimientos que se suceden unos a otros y su duración. Espacio y tiempo existen fuera de la conciencia, con independencia de ella y son propios de todos los objetos y fenómenos de la realidad. “Nada existe en el mundo que no sea materia en movimiento y ésta sólo puede moverse en el espacio y el tiempo” V. I. Lenin El espacio es tridimensional, el tiempo posee una sola dimensión: del pasado al futuro, sólo hacia delante.

¿Qué es la conciencia?
Los fenómenos ideales, espirituales, existen únicamente en la mente de los hombres como derivados de los fenómenos materiales.
Los fenómenos ideales y espirituales hallan su expresión en el concepto de “conciencia”
A igual que el concepto materia; el concepto conciencia, es también una categoría filosófica general, de gran amplitud.
Lo común de materia y conciencia es su existencia real. Lo no común es que son realidades cualitativamente diferentes.
La conciencia es una propiedad de la materia altamente organizada. Es la capacidad de nuestro cerebro de reflejar el mundo material. (ver: “el cerebro…”)
Es inseparable al cerebro, no existe, originalmente, con independencia del cerebro humano.
Pero la conciencia no es una sustancia del cerebro, sino una facultad especial del mismo, que es su portador y que funciona mientras el cerebro funcione. Si éste muere, la conciencia desaparece.
El mundo exterior actúa sobre el hombre y se refleja en su cerebro en forma de conciencia.
La conciencia es la capacidad de nuestro cerebro de construir una imagen, una copia, un reflejo de lo material, pero la conciencia en sí no es material.
Todas las formas de manifestación de la conciencia constituyen el mundo espiritual del hombre, el mundo ideal.
El desarrollo de la conciencia depende del desarrollo de la naturaleza y de la sociedad, de los procesos materiales que se producen en el mundo exterior.
La conciencia es producto del desarrollo histórico-natural de la materia.

La conciencia puede definirse como el reflejo de la realidad en los procesos que se producen en el cerebro. Es social por naturaleza pues nace, se desarrolla y actúa como integrante de las actividades prácticas del ser social. “La conciencia –definían Marx y Engels- desde el principio mismo es un producto social y continúa siéndolo mientras existan en general personas”. La conciencia es producto del desarrollo de la materia en su máxima expresión. Su objeto en conocer al objeto, descubrir su esencia. La conciencia se manifiesta a la vez como autoconciencia pues hace objeto de la conciencia a la conciencia misma. Su vinculación con el lenguaje es estrecha, ya que la conciencia se materializa a través del mismo lo que le permite ser trasmitidas a futuras generaciones.

¿Qué es el reflejo?

El reflejo es una propiedad universal de la materia.
Es la facultad de los cuerpos de la naturaleza (viva o inerte) de reaccionar a la acción exterior en concordancia con el carácter de esa acción.
Reflejo en la materia inanimada:
                        Mecánicas
                        Físico-químicas
                        Térmicas, etc.
Reflejo en la materia viva:
                        Excitabilidad (la más elemental, en plantas y animales)
La sensación (forma psíquica del reflejo, imágenes subjetivas del mundo objetivo).
El pensamiento.
Pavlov definía al reflejo como “una reacción sujeta a leyes, la respuesta del organismo a la acción de agentes exteriores e interiores”. Afirmaba que: “es legítimo llamar reflejos no-condicionados al vínculo permanente del agente externo con la actividad del organismo determinada por él, y reflejo condicionado al vínculo temporal”.

Estamos refiriéndonos a dos tipos de reflejos, los condicionados y los no condicionados:
Reflejos no-condicionados:
                        Vínculo permanente del organismo con el medio.
                        Se trasmiten (herencia) de generación a generación
                        Los más complejos conforman los instintos
                        Surgen durante el proceso de desarrollo de la especie orgánica.
Reflejos condicionados:
Se forman en la sección superior del sistema nervioso central, bajo la acción de los agentes exteriores sobre los órganos de los sentidos. Dicha acción genera los procesos fisiológicos de excitación e inhibición, de irradiación y concentración. Entre los más complejos: el lenguaje.
Se forman sobre la base de los reflejos no-condicionados.
Permiten adaptarse con mayor flexibilidad al medio exterior.

El reflejo, como propiedad general de la materia, se manifiesta en la capacidad que poseen los cuerpos para reproducir por medios de modificaciones internas, en otra forma, las particularidades de otros cuerpos que actúan recíprocamente sobre ellos. La más elemental: uno camina sobre la arena y deja huellas en la misma. La más compleja: la psiquis, que es la capacidad de concebir las formas de los objetos y algunas de sus propiedades. Las personas adquieren la posibilidad de pensar, lo que significa que adquieren la posibilidad de operar con conceptos sobre los objetos sin necesitar de la presencia de los mismos, manifestándose así el carácter activo del reflejo. Pero no solo se refleja el universo, sino que también se crea un “universo ideal” una cultura espiritual. El carácter activo del pensamiento humano se expresa, por ejemplo, en la formulación de un objetivo, lo que sería equivalente a un “reflejo adelantado”. Ese mundo de imágenes y conceptos ideales le sirve al hombre para realizar transformaciones en el mundo material. 

¿Qué es la vida?

La vida es el modo de existencia de los cuerpos albuminoideos.
Las primeras y más simples formas de vida procedieron de sustancias orgánicas que, a su vez, se habían formado a partir de combinaciones químicas inorgánicas.
La vida surge como resultado de un largo período de desarrollo de la materia cuando las condiciones se fueron dando. Ese largo camino se desarrolla en etapas:
Formación de las sustancias orgánicas a partir de las inorgánicas (el carbono como base).
Aparición de las sustancias vivas a través de las sustancias orgánicas (coacervados, aminoácidos, albúminas).
                        Formación de la célula a partir de las sustancias vivas.

Federico Engels definía a la vida como que “es la modalidad de la existencia de los cuerpos albuminoideos, y esta modalidad de existencia consiste en esencia el constante intercambio de sustancias con la naturaleza externa que los rodea.” La vida es una de las formas de movimiento de la materia, forma que se diferencia cualitativamente de las demás. En los organismos vivos se producen procesos físicos y químicos, pero su principal relieve se manifiesta en el desarrollo basado en leyes biológicas. La vida es consecuencia de un prolongado desarrollo de la naturaleza en cuya evolución comenzaron a surgir diversidades de organismos vivos que van desde bacterias y virus a monos y hombres.

¿Qué son las sensaciones?
Las sensaciones son imágenes subjetivas del mundo objetivo.
El resultado de la acción de la materia sobre nuestros órganos sensoriales.
Subjetivas por la forma de su manifestación.
Objetivas por su contenido, pues en ellas se reflejan los objetos del mundo objetivo.

Los rayos de luz y la longitud de onda en que se desplazan, al incidir en la retina del ojo, producen sensación de color.
Las ondas sonoras, al actuar sobre el tímpano, engendran en nuestra conciencia la sensación de sonido.
El carácter de las sensaciones también depende de la estructura de esos y otros órganos sensoriales, de sus particularidades fisiológicas, resultado de una muy larga (y permanente) adaptación a la acción exterior.

Las cosas, sus propiedades, son recibidas por los órganos de los sentidos. La energía de esa excitación externa se traslada, por medio del sistema nervioso, al cerebro. En éste se produce un proceso psíquico, cuya manifestación más elemental es la sensación. Sensación es, por tanto, una imagen sensorial elemental, un reflejo de propiedades de objetos y fenómenos que ocurren a nuestro alrededor y en el mundo. Lenin afirmaba: “De no ser por las sensaciones no podríamos conocer ninguna forma de la materia y ninguna forma del movimiento”. La sensación es la imagen subjetiva del mundo objetivo. Es subjetiva por su forma de existencia, especial forma de excitación cerebral. Y es objetiva por su contenido, ya que refleja las propiedades de los objetos existentes fuera de la conciencia y con independencia de ella.

¿Qué es el pensamiento?
                        El pensamiento es el producto del cerebro humano.
                        El cerebro es el órgano del pensamiento
                        La psique es una función del cerebro
                        No se puede separar el pensamiento de la materia que piensa.

El pensamiento del hombre es el reflejo generalizador de la realidad, indisolublemente ligado a la palabra y a los conceptos, éstos (palabras y conceptos) productos de la labor de abstracción y generalización del cerebro.

A diferencia de la psique de los animales, la humana tiene carácter social, se forma bajo la acción de las relaciones sociales que la determinan.
El hombre, por su actividad consciente, puede transformar el mundo en el sentido que le sea necesario.

El pensamiento (junto al lenguaje) es el instrumento para influir de manera activa sobre el mundo exterior y es el medio de relación entre los hombres agrupados en sociedad.

En los animales la realidad es signalizada casi exclusivamente por las excitaciones, conducidas a las células especiales de los receptores visuales, olfativos, auditivos y otros.
En el hombre, la realidad es signalizada por las impresiones, sensaciones y representaciones del mundo exterior. Es el primer sistema de signalización.

El segundo sistema de señales es el lenguaje, es la palabra, producto del desarrollo social, que constituye una nueva calidad en el sistema nervioso superior y que se da sólo en el hombre (en los animales superiores).

Para el primer sistema se señales (común a hombres y animales), los objetos y fenómenos concretos del mundo exterior (luz, color, sonido, olor...) son excitantes materiales o señales.
Para el segundo sistema de señales ellos, los objetos y fenómenos concretos, no lo son. Para el segundo sistema de señales lo son las palabras que lo designan y sustituyen. Palabras que resultan, para el hombre, un excitante condicionado, real, como todos los demás, reflejándose en la conciencia en forma de imágenes sonoras o visuales.
Ambos sistemas de señales están relacionados, forman una unidad, pues las sensaciones y percepciones que el hombre recibe por medio del primer sistema de señales están relacionadas con las palabras y se expresan por ellas.

Pensamiento y lenguaje también están relacionados y son inseparables de la vida social del hombre, ambos son productos del desarrollo social, ambos son productos del trabajo social.

Pensamiento y lenguaje son fenómenos sociales que surgieron y se desarrollaron conjuntamente a partir del surgimiento de la vida humana. Pensamiento y lenguaje son la manifestación de la vida social de los hombres. Pensamiento y lenguaje son productos del trabajo.

“Hasta cierto punto –escribía Engels- podemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre”

Podemos definir al pensamiento como la capacidad creadora de las personas. ¿Pero cómo se formó? Podemos afirmar que el pensamiento surge y se desarrolla en el proceso del trabajo, de la actividad laboral. Como principal característica definimos que el pensamiento, su sustancia, consiste en el reflejo conceptual de las cosas y procesos que tienen lugar en el mundo. Desde una óptica fisiológica podemos afirmar que el pensamiento es producto de la “materia dotada de una organización elevada, especial: el cerebro”. Pero también podemos agregar que el pensamiento es una forma espiritual especial de la actividad de los hombres. El pensamiento se manifiesta en forma de conceptos, juicios, deducciones, hipótesis, teorías.

¿Es tan importante el papel del trabajo?
El primer paso del mono al hombre es haber adoptado la posición, la postura erecta.
Esa postura fue consecuencia del empleo de herramientas naturales (el palo y la piedra), que le permite liberar las extremidades anteriores e ir perfeccionándolas, de manera gradual, en el proceso de trabajo. Ya no del trabajo natural que también desarrollan los animales, sino al trabajo que comienza con la fabricación de herramientas, es decir, al trabajo que va materializándose en el objeto que se convierte en un instrumento de trabajo, trabajo que lo mejorará, que lo perfeccionará, que le permitirá ser más eficiente en la producción de cosas necesarias.
Este proceso mono-hombre requirió un largo período donde el hombre aún mantenía un carácter animal, instintivo, es decir, una conciencia animal o un instinto consciente. No existía aún lenguaje articulado.
El descubrimiento, por parte del hombre-mono, del fuego mediante el frotamiento de piedras constituyó un gigantesco avance en su desarrollo. Por primera vez podía utilizar de manera consciente y según sus necesidades un fenómeno natural. Una fuerza de la naturaleza comenzaba a ser dominada.
Sobre la base del trabajo común, sobre la base del agrupamiento necesario de hombres-monos que dicho trabajo común exigía, se fueron estableciendo relaciones sociales que hicieron posible el surgimiento de un lenguaje fónico articulado y el pensamiento.

“El desarrollo del trabajo, al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta, y al mostrar así las ventajas de esa actitud conjunta para cada individuo, tenía que contribuir forzosamente a agrupar aún más a los miembros de la sociedad. En resumen, los hombres en formación llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los unos a los otros.  La necesidad creó un órgano: la faringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta pero firmemente, mediante modulaciones que producían a la vez modulaciones más perfectas, mientras los órganos de la boca aprendían poco a poco a pronunciar un sonido articulado tras otro”. F. Engels

La adaptación puramente biológica de los sonidos emitidos por los animales al lenguaje como producto de la actividad social de los hombres, como necesidad de comunicación social, se da en un proceso de trabajo común.
Trabajo y lenguaje articulado se convierten así en los principales estímulos que posibilitan que el cerebro del mono se vaya transformando, lenta y gradualmente, en el cerebro humano.
El trabajo ha sido y es la base material sobre la cual se ha constituido y desarrollado la conciencia.
Y el lenguaje es la cobertura material del pensamiento, fuera de la cual éste no podría existir.

Unidad pensamiento-lenguaje
El lenguaje es un modo de expresar las ideas humanas: es un medio de relación y expresión de los pensamientos de los hombres.
Con el lenguaje se fortalecen y desarrollan las labores intelectuales, el intercambio de ideas, la acción conjunta de la lucha por el dominio de la naturaleza y la mejora constante de la producción                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       de bienes materiales.
El lenguaje es la expresión de la realidad de la idea. Idea que se hace accesible a los demás mediante el lenguaje, en forma de palabras, sean éstas pronunciadas o escritas.
Aún en el pensamiento más abstracto, más extraño, no se podría llevar adelante sin utilizar palabras.
Existe, pues, una unidad entre lenguaje y pensamiento, unidad que no debe interpretarse que ambos sean idénticos.

La palabra y el pensamiento: no existe el uno sin el otro, pero no constituyen un mismo fenómeno.

El pensamiento es el reflejo de la realidad objetiva. El lenguaje es el medio de expresión, es el modo de afianzamiento de las ideas, es el modo de transmitir esas ideas a otras personas.

“La palabra, con su constitución sonora expresa un concepto que refleja un fenómeno de la realidad y al mismo tiempo la designa, formando así el propio concepto. Por consiguiente, las palabras no son copias de los objetos ni tampoco sus signos. La palabra es la designación de un fenómeno de la realidad y la expresión de su concepto”. Galkina-Fiodorux La palabra y el concepto, pág.21

Lenguaje y pensamiento, palabra y concepto, están dialécticamente vinculadas. La realidad objetiva se refleja por el pensamiento en forma de conceptos. Pero los conceptos sólo pueden ser expresados a través de la palabra, más específicamente, a través de las uniones de las palabras.

En el lenguaje, en las palabras, se expresa la vida de la idea. Pero las palabras adquieren significación social mediante el pensamiento donde se refleja la realidad objetiva. Las palabras tienen un contenido significativo sólo en el caso en que expresen el objeto del pensamiento.

El lenguaje es un sistema de signos que posibilitan el conocimiento y la comunicación. Gracias al lenguaje permitió que las personas pudieran intercambiar experiencias, costumbres, vivencias, pensamientos, etc. El trabajo en grupos, laceración y  utilización de instrumentos de trabajo obligó a las personas a trabajar coordinadamente y en estrecho contacto. En la etapa más lejana comenzaron a emitir sonidos más finos y, a medida que las actividades laborales  se hacían más complicadas, se desarrollaba su conciencia y se creaba el lenguaje. Los signos del lenguaje parecen reemplazar a objetos verdaderos, y por ello, en su actividad mental el hombre opera, no con los objetos mismos, sino con sus signos.  

Conciencia-pensamiento
La conciencia es el pensamiento humano que surge en el proceso del trabajo y se desarrolla a medida que se modifica la naturaleza y la sociedad.
La conciencia tiene, en su desarrollo, una independencia relativa, pues si bien es un reflejo (activo) del mundo exterior, influye sobre éste y toma parte activa en su transformación.
El carácter activo de la conciencia se expresa en la influencia consciente del hombre sobre la naturaleza y la sociedad, en la transformación práctica del mundo y dirigida a un fin, en concordancia con las leyes objetivas de su desarrollo.
El carácter activo de la conciencia humana consiste en su función abstractiva, ligeramente independiente, en cuyo proceso se producen en la conciencia:

                        Generalizaciones teóricas.
                        Formulación de conceptos
                        Extracción de conclusiones
                        Formulaciones de hipótesis
                        Capacidad de prever
                        Capacidad de imaginar
                        Capacidad de fantasear

La conciencia puede reflejar la realidad en forma concreta o ilusoria.
Cuando refleja correctamente la realidad, cuando se le aproxima, se transforma en un medio importantísimo de orientación para el hombre en el mundo en que vivimos, se transforma en un instrumento activo para la modificación de la naturaleza y la sociedad.
La conciencia, que surge sobre la base de la actividad propia de los hombres, que surge sobre la base del trabajo, puede anticipar y orientar la práctica. Allí es donde más se manifiesta el carácter activo de la conciencia.

El desarrollo de una conciencia social íntegra adquiere enorme importancia. Evitaría, por ejemplo, que las masas apoyen y voten a sus verdugos, a sus explotadores. Y posibilitaría que  se decidan por la transformación revolucionaria de la sociedad, cumpliendo así, el proletariado, con su misión histórica.

¿Qué es el materialismo histórico?
El materialismo histórico es parte orgánica de la filosofía marxista-leninista. Es la ciencia que estudia las leyes generales del desarrollo y funcionamiento de la sociedad. Es la extensión del materialismo en el campo de los fenómenos sociales.

“Tiene por misión estudiar la estructura de la sociedad y de las leyes objetivas del desarrollo de la misma. Con la creación del materialismo histórico el desarrollo de la humanidad se presentó por primera vez ante el pensamiento científico como un proceso histórico natural subordinado, pese a su complejidad y variedad, a las leyes generales. Merced al conocimiento de estas leyes, fue posible determinar científicamente cómo y a dónde va el desarrollo de la sociedad...” G. Glezermán.

Lenin señalaba dos defectos fundamentales en todas las teorías existentes antes de Marx. El primero de esos defectos cardinales es que esas teorías, en el mejor de los casos, sólo trataban móviles ideológicos de la actividad de las personas sin investigar el origen de esos móviles. En el segundo de los casos todas esas teorías no incluían las acciones de las masas, de las poblaciones, sino que consideraban la historia, principalmente, como el resultado de la actividad de algunas personalidades ilustres.

El materialismo histórico no se limita a explicar los móviles ideológicos de la actividad de las personas, sino se dirige a descubrir las causas materiales de esos móviles. Lo primario es el ser social y lo secundario la conciencia social, es decir, la vida espiritual. Ello no significa negar el enorme papel que las ideas juegan en el desarrollo social, pero esas ideas son un reflejo de las condiciones de vida de los hombres.

El materialismo histórico rescata el inmenso papel histórico que desempeñan los pueblos. Es el pueblo el que crea toda la riqueza de la sociedad y produce los bienes materiales. Las masas han sido siempre y continuarán siendo la fuerza motriz del desarrollo histórico. El materialismo histórico no niega el papel de las personalidades en la historia, pero ese papel puede ser comprendido cabalmente sólo si se comprenden las leyes que rigen el desarrollo histórico, es decir, si se estudian las condiciones de vida de los pueblos y de las clases sociales, condiciones que motivan la necesidad de que surjan hombre eminentes.

Entender el desarrollo social implica investigar para conocer cuales aspectos de la vida de la sociedad son primarios y cuales secundarios. Las personas viven, se alimentan, mantienen sus hogares, procrean, producen, intercambian productos, etc. Por esa razón ente las personas se establecen determinadas relaciones de vida material de la sociedad, se establece el ser social. Pero también está el otro aspecto de la vida social, que es la vida espiritual de la sociedad, que incluye las ideas sociales, los conceptos, los sentimientos, las opiniones políticas, las opiniones jurídicas, la moral, la ética, las doctrinas filosóficas, las creencias religiosas, etc., es decir:  la conciencia social 
A continuación reproducimos una selección de un trabajo de Stalin sobre el materialismo dialéctico e histórico. Se considera a ese trabajo que realizara Stalin como uno de los más claras explicaciones sobre esas dos importantes categorías científicas.
MATERIALISMO DIALÉCTICO y MATERIALISMO HISTÓRICO. Parte 1

El materialismo dialéctico es la concepción del mundo del Partido marxista-leninista.
Llámese materialismo dialéctico, porque su modo de abordar los fenómenos de la naturaleza, su método de estudiar esos fenómenos y de concebirlos, es dialéctico, y su interpretación de los fenómenos de la naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría, materialista.
El materialismo histórico es la extensión de los principios del materialismo dialéctico al estudio de la vida social, la aplicación de los principios del materialismo dialéctico a los fenómenos de la vida de la sociedad, al estudio de ésta y de su historia.

Los antiguos entendían por dialéctica el arte de descubrir la verdad poniendo de manifiesto las contradicciones en la argumentación del adversario y superando esas contradicciones.
Algunos filósofos de la antigüedad entendían que el descubrimiento de las contradicciones en el proceso discursivo y el choque de las opiniones contrapuestas era el mejor medio para encontrar la verdad.

Este modo dialéctico de pensar, que más tarde se hizo extensivo a los fenómenos naturales, se convirtió en el método dialéctico de conocimiento de la naturaleza consistente en considerar los fenómenos naturales en perpetuo movimiento y cambio, y el desarrollo de la naturaleza como el resultado de las contradicciones existentes en ésta, como resultado de la acción recíproca de las fuerzas contradictorias en el seno de la naturaleza.
La dialéctica es, en su base, todo lo contrario a la metafísica. El método dialéctico marxista se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales:

  1. Por oposición a la metafísica, la dialéctica no considera a la naturaleza como un conglomerado casual de objetos y fenómenos, desligados y aislados unos de otros y sin ninguna relación de dependencia entre sí, sino como un todo articulado y único, en el que los objetos y fenómenos se hayan orgánicamente vinculados unos a otros, dependen unos de otros y se condicionan los unos a los otros. Por eso el método dialéctico entiende que ningún fenómeno de la naturaleza puede ser comprendido, si se lo toma aisladamente, sin conexión con los fenómenos que lo rodean pues todo fenómeno tomado de cualquier campo de la naturaleza, puede convertirse en un absurdo si se le examina sin conexión con las condiciones que le rodean, desligado de ellas; y por el contrario, todo fenómeno puede ser comprendido y explicado si se le examina en su conexión indisoluble con los fenómenos circundantes y condicionado por ellos.

  1. Por oposición a la metafísica, la dialéctica no considera a la naturaleza como algo quieto e inmóvil, estancado e inmutable, sino como algo sujeto a perenne movimiento y cambio constante, como algo que se renueva y se desarrolla incesantemente y donde hay siempre algo que nace y se desarrolla y algo que muere y caduca… Lo que importa sobre todo, al método dialéctico, no es lo que en un momento dado parece estable pero comienza ya a morir, sino lo que nace y se desarrolla aunque en un momento dado parezca poco estable, pues lo único que hay insuperable, según él, es lo que se haya en estado de nacimiento y de desarrollo.

  1. Por oposición a la metafísica, la dialéctica no examina el proceso de desarrollo como un simple proceso de crecimiento, en que los cambios cuantitativos no se traducen en cambios cualitativos, sino como un proceso en que se pasa de los cambios cuantitativos insignificantes y ocultos a los cambios manifiestos, a los cambios radicales, a los cambios cualitativos; en que éstos se producen, no de modo gradual, sino rápido y súbitamente, en forma de saltos de un estado de cosas a otro, y no de modo casual, sino con arreglo a leyes, como resultado de la acumulación de una serie de cambios cuantitativos inadvertidos y graduales.

  1. Por eso, el método dialéctico entiende que el proceso de desarrollo debe concebirse no como movimiento circular, no como una simple repetición del camino ya recorrido, sino como un movimiento progresivo, como un movimiento en línea ascensional, como el tránsito del viejo estado cualitativo a un nuevo estado cualitativo, como el desarrollo de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior.

  1. Por oposición a la metafísica, la dialéctica parte del criterio de que los objetos y fenómenos de la naturaleza llevan siempre implícitas contradicciones internas, pues todos ellos tienen su lado positivo y su lado negativo, su pasado y su futuro, su lado de caducidad y su lado de desarrollo; del criterio de que la lucha entre esos lados contrapuestos, la lucha entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que agoniza y entre lo que nace, entre lo que caduca y lo que se desarrolla, forma el contenido interno del proceso de desarrollo, el contenido interno de la transformación de los cambios cuantitativos en cambios cualitativos.

  1. Por eso, el método dialéctico entiende que el proceso de desarrollo de lo inferior a lo superior no discurre a modo de un proceso de desenvolvimiento armónico de los fenómenos, sino poniendo siempre en relieve las contradicciones inherentes a los objetos y a los fenómenos, en un proceso de “lucha” entre las tendencias contrapuestas que actúan sobre la base de aquellas contradicciones.

  1. Si en el mundo no existen fenómenos aislados, si todos los fenómenos están vinculados entre sí y se condicionan unos a otros, es evidente que todo régimen social que aparece en la historia debe ser considerado, no desde el punto de vista de la “justicia eterna” o de cualquier otra idea preconcebida, que es lo que suelen hacer los historiadores, sino desde el punto de vista de las condiciones que ha engendrado este régimen y este movimiento social, y a los cuales se hayan vinculados.

  1. Dentro de las condiciones modernas, el régimen de la esclavitud es un absurdo y una necedad contraria a la lógica. En cambio, dentro de las condiciones de disgregación del régimen del comunismo primitivo, el régimen de la esclavitud era un fenómeno perfectamente lógico y natural, ya que representaba un progreso en comparación con el comunismo primitivo. TODO DEPENDE, PUES, DE LAS CONDICIONES, DEL LUGAR Y DEL TIEMPO.

  1. Si el mundo se halla en incesante movimiento y desarrollo y si la ley de este desarrollo es la extinción de lo viejo y el crecimiento de lo nuevo, es evidente de que ya no puede haber ningún régimen social “inconmovible”, ni pueden existir los “principios eternos” de la propiedad privada y la explotación, ni las “ideas eternas” de sumisión de los campesinos a los terratenientes ni de los obreros a los capitalistas

  1. Eso quiere decir que el régimen capitalista puede ser sustituido por el régimen socialista, del mismo modo que, en su día, el régimen capitalista sustituyó al régimen feudal. Eso quiere decir que hay que orientarse, no hacia aquellas capas de la sociedad que han llegado ya al término de su desarrollo, aunque en el momento presente constituyan la fuerza predominante, sino hacia aquellas otras que se están desarrollando y que tienen porvenir, aunque no sean las fuerzas predominantes en el momento actual. Eso quiere decir que en política, para no equivocarse, hay que mirar hacia delante y no hacia atrás.

  1. Si el tránsito de los lentos cambios cuantitativos a los rápidos y súbitos cambios cualitativos constituyen una ley del desarrollo, es evidente que las transformaciones revolucionarias llevadas a cabo por las clases oprimidas representan un fenómeno absolutamente natural e inevitable. Eso quiere decir que el paso del capitalismo al socialismo y la liberación de la clase obrera del yugo capitalista no puede realizarse por medios de cambios lentos, por medio de reformas, sino sólo mediante la transformación cualitativa del régimen capitalista, es decir, mediante la revolución. Esto quiere decir que en política no hay que equivocarse, hay que ser revolucionario y no reformista.

  1.  Si el proceso de desarrollo es un proceso de revelación de contradicciones internas, un proceso de choques entre fuerzas contrapuestas sobre la base de estas contradicciones y con el fin de superarlas, es evidente que la lucha de clases del proletariado constituye un fenómeno perfectamente natural e inevitable. Eso quiere decir que lo que hay que hacer no es disimular las contradicciones del régimen capitalista, sino ponerlas al desnudo y desplegarla en toda su extensión, no es apagar la lucha de clases, sino llevarla a cabo hasta el fin.

  1. Eso quiere decir que en política, para no equivocarse, hay que mantener una política proletaria, de clase, intransigente, y no una política reformista, de armonía de intereses entre el proletariado y la burguesía, una política conciliadora, de “integración gradual” del capitalismo al socialismo. EN ESTO CONSISTE EL MÉTODO DIALÉCTICO MARXISTA, APLICADO A LA VIDA SOCIAL Y A LA HISTORIA DE LA SOCIEDAD.

MATERIALISMO DIALÉCTICO y MATERIALISMO HITÓRICO parte 2

El MATERIALISMO FILOSÓFICO MARXISTA se caracteriza por los siguientes rasgos:

  1. En oposición al idealismo, que considera al mundo como la encarnación de la “idea absoluta”, del “espíritu universal”, de la “conciencia”, el materialismo filosófico de Marx parte del criterio de que el mundo es, por su naturaleza, algo MATERIAL; de que los múltiples y variados fenómenos del mundo constituyen diversas formas y modalidades de la materia en movimiento; de que los vínculos mutuos y las relaciones de interdependencia entre los fenómenos, que el método dialéctico pone de relieve, son leyes con arreglo a las cuales se desarrolla la materia en movimiento; de que el mundo se desarrolla con arreglo a las leyes que rigen el movimiento de la materia, sin necesidad de ningún “espíritu universal”.

  1. En oposición al idealismo, el cual afirma que sólo nuestra conciencia tiene una existencia real y que el mundo material, el ser, la naturaleza, sólo existe en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones, en nuestras percepciones, en nuestros conceptos, el materialismo filosófico marxista parte del criterio de que la naturaleza, el ser, es una realidad objetiva, que existe fuera de nuestra conciencia e independientemente de ella.

  1. De que la materia es lo primario, ya que constituye la fuente a la que se derivan las sensaciones, las percepciones y la conciencia, y la conciencia lo secundario, lo derivado, ya que es la imagen refleja de la materia, la imagen refleja del ser; de que el pensamiento es un producto de la materia que ha llegado a un alto grado de perfección en su desarrollo, y más concretamente, un producto del cerebro, y éste es el órgano del pensamiento, y de que, por tanto, no cabe, a menos de caer en un craso error, separar el pensamiento de la materia.

  1. En oposición al idealismo, que discute la posibilidad de conocer al mundo y las leyes por que se rige, que no cree en la veracidad de nuestros conocimientos, que no reconoce la verdad objetiva y entiende que el mundo está lleno de “cosas en sí”, que jamás podrán ser conocidas por la ciencia, el materialismo filosófico marxista parte del principio de que el mundo y las leyes por que se rige son perfectamente cognoscibles, de que nuestro conocimiento acerca de las leyes de la naturaleza, comprobados por la experiencia, por la práctica, son conocimientos veraces, que tienen el valor de verdades objetivas, de que en el mundo no hay cosas incognoscibles, sino simplemente aún no conocidas, pero que la ciencia y la experiencia se encargarán de revelar y dar a conocer.

  1. Si la conexión entre los fenómenos de la naturaleza y su interdependencia representan leyes por las que se rige el desarrollo de la naturaleza, de esto se deduce que la conexión e interdependencia de los fenómenos de la vida social representan también algo no fortuito, sino las leyes por la que se rige el desarrollo de la sociedad.

  1. Eso quiere decir que la vida social y la historia de la sociedad ya no son un conglomerado de hechos “fortuitos”, pues la historia de la sociedad se convierte en el desarrollo de la sociedad con arreglo a sus leyes, y el estudio de la historia de la sociedad adquiere categoría de ciencia.

  1. Si el mundo es cognoscible, y nuestros conocimientos acerca de las leyes que rigen el desarrollo de la naturaleza son conocimientos veraces, que tienen el valor de verdades objetivas, esto quiere decir que también la vida social, el desarrollo de la sociedad, son susceptibles de ser conocidos; y que los datos que nos brinda la ciencia sobre las leyes del desarrollo de la sociedad, son datos veraces, que tienen el valor de verdades objetivas.

  1. Eso quiere decir que la ciencia que estudia la historia de la sociedad puede adquirir, pese a toda la complejidad de los fenómenos de la vida social, la misma precisión que la biología, por ejemplo, ofreciéndonos la posibilidad de dar una aplicación práctica a las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad.

  1. Si la naturaleza, el ser, el mundo material es lo primario, y la conciencia, el pensamiento, lo secundario, lo derivado; si el mundo material constituye la realidad objetiva, que existe independientemente de la conciencia del hombre, y la conciencia es la imagen refleja de esa realidad objetiva, de aquí se deduce que la vida material de la sociedad, el ser social, es también lo primario y su vida espiritual, lo secundario, lo derivado; que la vida material de la sociedad es su realidad objetiva, que existe independientemente de la voluntad de los hombres, y la vida espiritual de la sociedad el reflejo de esta realidad objetiva, el reflejo del ser.

  1. Eso quiere decir que la fuente donde se forma la vida espiritual de la sociedad, de la fuente de la que emanan las ideas sociales, las teorías sociales, las concepciones y las instituciones políticas, hay que buscarlas, no estas mismas ideas, teorías, concepciones e instituciones políticas, sino en las condiciones de la vida material de la sociedad, en el ser social, del cual son reflejo esas ideas, teorías, concepciones, etc.

  1. Eso quiere decir que, si en los diversos períodos de la historia de la sociedad nos encontramos con diversas ideas, teorías, concepciones sociales e instituciones políticas, si bajo el régimen de la esclavitud observamos unas ideas, teorías y concepciones sociales, unas instituciones políticas, bajo el feudalismo otras, y otras distintas bajo el capitalismo, la explicación de esto no reside en la “naturaleza”, ni en la “propiedad” de las ideas, teorías, concepciones e instituciones políticas mismas, sino en las distintas condiciones de la vida material de la sociedad dentro de los diversos períodos del desarrollo social.

  1. Según sean las condiciones de existencia de la sociedad, las condiciones en que se desenvuelve su vida material, así son sus ideas, sus teorías, sus concepciones e instituciones políticas. En relación con esto dice Marx: “NO ES LA CONCIENCIA DEL HOMBRE LA QUE DETERMINA SU SER, SINO, POR EL CONTRARIO, EL SER SOCIAL ES EL QUE DETERMINA SU CONCIENCIA”

  1. Sin embargo, de las palabras de Marx no se desprende que las ideas y teorías sociales, las concepciones y las instituciones políticas no tengan importancia alguna en la vida de la sociedad, que no ejerzan de rechazo una influencia sobre el ser social, sobre el desarrollo de las condiciones materiales de la vida de la sociedad. Hasta ahora nos hemos venido refiriendo únicamente al ORIGEN de las ideas y teorías sociales y de las concepciones e instituciones políticas, a su NACIMIENTO, al hecho de que la vida espiritual de la sociedad es el reflejo de su vida material.

  1. En lo tocante a la IMPORTANCIA de las ideas y teorías sociales y de las concepciones e instituciones políticas, en lo tocante al PAPEL que desempeñan en la historia, el Materialismo Histórico no sólo no niega, sino que, por el contrario, subraya la importancia del papel y la significación que les corresponden en la vida y en la historia de la sociedad.

  1. Pero hay diferentes ideas y teorías sociales. Hay ideas y teorías viejas, que han cumplido ya su misión y que sirven a los intereses de las fuerzas sociales caducas. Su papel consiste en frenar el desarrollo de la sociedad, su marcha progresiva. Y hay ideas y teorías nuevas, avanzadas, que sirven a los intereses de las fuerzas de vanguardia de la sociedad. El papel de éstas consiste en facilitar el desarrollo de la sociedad, su marcha progresiva, siendo su importancia tanto más grande cuanto mayor es la exactitud con que responden a las exigencias de la vida material de la sociedad.

  1. Las nuevas ideas y teorías sociales sólo surgen después que el desarrollo de la vida material de la sociedad plantea a ésta nuevas tareas. Pero después de surgir, se convierten en una fuerza de mayor importancia, que facilita la ejecución de estas nuevas tareas planteadas por el desarrollo de la vida material de la sociedad, que facilita los progresos de ésta. Es aquí, precisamente, donde se manifiesta la formidable importancia organizadora, movilizadora y transformadora de las nuevas ideas, de las nuevas teorías y de las nuevas concepciones políticas, de las nuevas instituciones políticas.

  1. Las nuevas ideas y teorías sociales surgen precisamente porque son necesarias para la sociedad, porque sin su labor organizadora, movilizadora y transformadora es IMPOSIBLE llevar a cabo las tareas que plantea el desarrollo de la vida material de la sociedad y que están ya en sazón de ser cumplidas. Y como surgen de la base de las nuevas tareas planteadas por el desarrollo de la vida material de la sociedad, las nuevas ideas y teorías sociales se abren paso, se convierten en patrimonio de las masas populares, movilizan y organizan a éstas contra las fuerzas sociales caducas, facilitando así el derrocamiento de esas fuerzas sociales caducas que frenan el desarrollo de la vida material de la sociedad.

  1. He aquí como las ideas y teorías sociales, las instituciones políticas, que brotan sobre la base de las tareas ya maduras para su solución planteadas por el desarrollo de la vida material de la sociedad, por el desarrollo del ser social, actúan luego, a su vez, sobre este ser social, sobre la vida material de la sociedad, creando las condiciones necesarias para llevar a término la ejecución de las tareas ya maduras de la vida material y hacer posible su desarrollo ulterior.

  1. Esto quiere decir que para poder influir sobre las condiciones de vida material de la sociedad y acelerar su desarrollo, acelerar su mejoramiento, el Partido del proletariado tiene que apoyarse en una teoría social, en una idea social que refleje certeramente las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad y que, gracias a ello, sea capaz de poner en movimiento a las grandes masas del pueblo… Así es como resuelve el materialismo histórico el problema de las relaciones entre el ser social y la conciencia social, entre las condiciones de desarrollo de la vida material y el desarrollo de la vida espiritual de la sociedad.
 
MATERIALISMO DIALÉCTICO y MATERIALISMO HITÓRICO parte 3

Resta ahora contestar a esta pregunta: ¿Qué se entiende, desde el punto de vista del materialismo histórico, por “condiciones de vida material de la sociedad”, que son las que determinan, en última instancia, la fisonomía de la sociedad, sus ideas, sus concepciones, instituciones políticas, etc. ¿Cuáles son, en realidad, esas “condiciones de vida material de la sociedad”, cuáles sus rasgos característicos?

  1. Es indudable que en este concepto de “condiciones de vida material de la sociedad” entra, ante todo, la naturaleza que rodea a la sociedad, el medio geográfico, que es una de las condiciones necesarias y constante de la vida material de la sociedad y que, naturalmente, influye en el desarrollo de ésta. ¿Cuál es el papel del medio geográfico en el desarrollo de la sociedad? ¿No será acaso el medio geográfico el factor fundamental que determina la fisonomía de la sociedad, el carácter del régimen social de los hombres, la transición de un régimen a otro? EL MATERIALISMO HISTÓRICO CONTESTA NEGATIVAMENTE A ESTA PREGUNTA.

  1. El medio geográfico es, indiscutiblemente, una de las condiciones constantes y necesarias del desarrollo de la sociedad e influye, naturalmente, en él, acelerándolo o amortiguándolo. Pero esa influencia no es DETERMINANTE, ya que los cambios y el desarrollo de la sociedad se producen con una rapidez incomparablemente mayor que los que afectan el medio geográfico.

  1. Asimismo, es indudable que el crecimiento de la población, la mayor o menor densidad de la población es un factor que forma también parte del concepto de las “condiciones de vida material de la sociedad”, ya que entre esas condiciones se cuenta como elemento necesario el hombre, y es imposible la vida material de la sociedad sin un determinado mínimo de seres humanos. ¿No será acaso, el desarrollo de la población el factor cardinal que determina el carácter del régimen social en que viven los hombres? EL MATERIALISMO HISTÓRICO CONSTESTA NEGATIVAMENTE TAMBIÉN A ESTA PREGUNTA.

  1. Es indudable que el crecimiento de la población influye en el desarrollo de la sociedad, facilitando o entorpeciendo ese desarrollo, pero no puede ser el factor cardinal a que obedece, ni su influencia sobre el desarrollo de la sociedad puede ser una influencia DETERMINANTE, ya que el crecimiento de la población de por sí no nos ofrece la clave para explicar por qué un régimen social dado es sustituido precisamente por un determinado régimen nuevo y no por otro…

  1. ¿Cuál es, pues, dentro del sistema de la vida material, el factor cardinal que determina la fisonomía de aquella, el carácter del régimen social, el paso de la sociedad de un régimen a otro? Ese factor es, según el Materialismo Histórico, el MODO DE OBTENCIÓN DE LOS MEDIOS DE VIDA necesarios para la existencia del hombre, el MODO DE PRODUCCIÓN DE LOS BIENES MATERIALES:  del alimento, del vestido, del calzado, de la vivienda, del combustible, de los instrumentos de producción, etc., para que la sociedad pueda vivir y desarrollarse. Para vivir el hombre necesita de esos bienes materiales, ha de producirlos y para ello necesita disponer de instrumentos de producción, con ayuda de los cuales se obtienen esos bienes. Necesita saber producir esos instrumentos y servirse de ellos.

  1. INSTRUMENTOS (MEDIOS) DE PRODUCCIÓN con ayuda de los cuales se producen los bienes materiales, y HOMBRES que los manejan y efectúan la producción de los bienes materiales por tener cierta EXPERIENCIA PRODUCTIVA y HÁBITOS DE TRABAJO: tales son los elementos que, en conjunto forman las FUERZAS PRODUCTIVAS de la sociedad. Pero las fuerzas productivas no son más que uno de los aspectos de la producción, uno de los aspectos del modo de producción, el aspecto que refleja la relación entre el hombre y los objetos y fuerzas de la naturaleza empleados para la producción de bienes materiales.

  1. El otro aspecto de la producción, el otro aspecto del modo de producción, lo constituyen la relación de unos hombres con otros dentro del proceso de la producción, las RELACIONES DE PRODUCCIÓN entre los hombres. Los hombres no luchan con la naturaleza y no la utilizan para la producción de bienes materiales aisladamente, desligados unos de otros, sino juntos, en grupos, en sociedades. Por eso la producción en siempre y bajo condiciones cualesquiera, una producción SOCIAL. Entonces, los hombres establecen entre sí, dentro de la producción, tales o cuales relaciones mutuas, tales o cuales relaciones de producción.

  1. Esas relaciones pueden ser relaciones de colaboración y ayuda mutua entre hombres libres de toda explotación o pueden ser relaciones de dominio o subordinación o pueden ser, por último, relaciones de transición entre una forma de relaciones de producción y otra. Pero, cualquiera que sea su carácter, las relaciones de producción constituyen –siempre y en todos los regímenes- un elemento tan necesario de la producción como las mismas fuerzas productivas de la sociedad.

  1. La PRIMERA CARACTERÍSTICA de la producción es que jamás se estanca en un punto durante un largo período, sino que cambia y se desarrolla constantemente, con la particularidad de que esos cambios ocurridos en el modo de producción provocan inevitablemente el cambio de todo el régimen social, de las ideas sociales, de las concepciones e instituciones políticas, provocan la reorganización de todo el sistema social y político… Según el modo de producción existente en una sociedad, así es también, fundamentalmente, esta misma sociedad y así son sus ideas y sus teorías, sus concepciones e instituciones políticas. O, para decirlo en términos más vulgares, según vive el hombre, así piensa.

  1. Eso quiere decir que la historia del desarrollo social es, al mismo tiempo, la historia de los propios productores de bienes materiales, la historia de las masas de trabajadores, que son las fuerzas fundamentales del proceso de producción y las que llevan a cabo la producción de los bienes materiales necesarios para la existencia de la sociedad. Eso quiere decir que la ciencia histórica, si pretende ser una verdadera ciencia, no debe seguir reduciendo la historia del desarrollo social a los actos de los reyes y de los caudillos militares, a los actos de los “conquistadores” y “avasalladores” de Estados, sino que debe ocuparse ante todo de la historia de los productores de los bienes materiales, de la historia de las masas trabajadoras, de la historia de los pueblos. Eso quiere decir que la clave para el estudio de las leyes de la historia de la sociedad no hay que buscarla en las cabezas de los hombres, en las ideas y concepciones de la sociedad, sino en el modo de producción aplicado por la sociedad en cada uno de sus períodos históricos, es decir, en la economía de la sociedad.

  1. Eso quiere decir que la tarea primordial de la ciencia histórica es el estudio y descubrimiento de las leyes de la producción, de las leyes del desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, de las leyes del desarrollo económico de la sociedad.

  1. La SEGUNDA CARACTERÍSTICA de la producción en que sus cambios y desarrollo arranca siempre de los cambios y del desarrollo de las fuerzas productivas y, ante todo, de los que afectan a los instrumentos de producción. Las fuerzas productivas son, por tanto, el elemento más dinámico y más revolucionario de la producción. Al principio cambian y se desarrollan las fuerzas productivas de la sociedad y luego EN DEPENDENCIA con esos cambios y EN CONSONANCIA CON ELLOS, cambian las relaciones de producción entre los hombres, sus relaciones económicas.

  1. Sin embargo, esto no quiere decir que las relaciones de producción no influyan sobre el desarrollo de las fuerzas productivas y que éstas no dependan de aquellas. Las relaciones de producción, aunque su desarrollo dependan de las fuerzas productivas, actúan a la vez sobre el desarrollo de éstas, acelerándolas o amortiguándolas. A este propósito conviene advertir que las relaciones de producción no pueden quedarse por un tiempo demasiado largo rezagadas de las fuerzas productivas al crecer éstas, ni hallarse en contradicción con ellas, ya que las fuerzas productivas sólo pueden desarrollarse plenamente cuando las relaciones de producción están en armonía con el carácter y estado de progreso de dichas fuerzas productivas y dan curso al libre desarrollo de éstas.

  1. Sin embargo hay desarmonías. Un ejemplo de desarmonía entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas, un ejemplo de conflicto entre ambos factores, lo tenemos en las crisis económicas de los países capitalistas, donde la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción está en violenta discordancia con el carácter social del proceso de producción, con el carácter de las fuerzas productivas. Resultado de esas discordancias son las crisis económicas que conducen a la destrucción de las fuerzas productivas; y esta discordancia constituye, de por sí, la base económica de la revolución social, cuya misión consiste en destruir las relaciones de producción existentes y crear otras nuevas, que correspondan al carácter de las fuerzas productivas.

  1. La TERCERA CARACTERÍSTICA de la producción consiste en que las nuevas fuerzas productivas y las nuevas relaciones de producción congruentes con ellas no surgen desligada del viejo régimen, después de desaparecer éste, sino que se forman en el seno de él; se forman, no como fruto de la acción premeditada y consiente del hombre, sino de un modo espontáneo, inconsciente, e independiente de la voluntad de los hombres por dos razones.

  1. En primer lugar, porque los hombres no son libres para elegir tal o cual modo de producción, pues cada nueva generación, al entrar en la vida, se encuentra ya con un sistema establecido de fuerzas productivas y relaciones de producción, como fruto del trabajo de pasadas generaciones, en vista de lo cual, si quiere tener la posibilidad de producir bienes materiales, no tiene, en los primeros tiempos, más remedio que aceptar el estado de cosas con que se encuentra dentro del campo de la producción y adaptarse a él.

  1. En segundo lugar, porque, cuando perfecciona este o el otro instrumento de producción, este o el otro elemento de las fuerzas productivas, el hombre no sabe, no comprende, ni se le ocurre siquiera pensar en ello, qué consecuencias SOCIALES puede acarrear su innovación, sino que piensa única y exclusivamente en su interés inmediato, en facilitar su trabajo y obtener algún provecho inmediato y tangible.

  1. Cuando algunos de los miembros de la sociedad comunista primitiva empezaron a sustituir, paulatinamente y tanteando el terreno, las herramientas de piedra por las de hierro, ignoraban, naturalmente, y no paraban mientes en ello, qué consecuencias SOCIALES había de tener esta innovación, no sabían ni comprendían que el paso a las herramientas metálicas significaba un cambio radical en la producción, cambio que, en fin de cuentas, conduciría al régimen de la esclavitud; lo único que a ellos les interesaba era facilitar el trabajo y conseguir un provecho inmediato y sensible; su actuación consciente se limitaba al estrecho marco de esa ventaja tangible, de carácter personal.

¿Qué es la concepción materialista de la historia?
La concepción materialista de la historia es el enfoque dialéctico de la vida social que considera:
·         la sociedad como un organismo vivo
·         la sociedad en permanente desarrollo
·         la sociedad como una complicada red de relaciones sociales
·         con intercomunicación y condicionamientos internos.

Para su estudio se utiliza la dialéctica materialista que posibilita:
·         comprender los fenómenos
·         separar lo principal de lo secundario
·         separar lo esencial de lo no esencial.

Y este paso es necesario efectuarlo para:
·         descubrir la base material y objetiva de toda la vida social
·         explicar la esencia de la sociedad humana
·         descubrir e investigar las leyes generales de la historia de la humanidad.

¿Cuáles son las principales categorías que contiene el materialismo histórico?
·         el ser social
·         la conciencia social.

¿Cómo se define el “ser social”?
·         como un proceso objetivo y real de la vida de los hombres
·         con el conjunto de instrumentos de trabajo que se utilizan
·         en las relaciones entre el hombre y la naturaleza
·         en las relaciones de los hombres entre sí en la producción social
·         en la estructura económica de la sociedad
·         en las clases sociales y sus relaciones
·         en las costumbres, usos y tradiciones de la vida cotidiana
·         en la materialización de las costumbres
·         en la familia
·         en los grupos sociales
·         en las naciones
·         en el desarrollo ininterrumpido de las generaciones
·         como fenómeno social, independiente de las particularidades presentes en cada una de los componentes que integran la sociedad
·         como un todo único, no como una suma mecánica de sus componentes, sino como una relación orgánica recíproca de los mismos
·         con distinta significación de los componentes.

¿Cómo se define la “conciencia social”?
·         como la vida espiritual de la sociedad en la que se refleja el ser social
·         como un complejo de concepciones, normas, ideas y representaciones de un determinado grupo social
·         como conciencia de clase
·         como reflejo del ser social, permanente acción recíproca construida históricamente por la sociedad
·         las normas sociales se convierten en convicciones personales, fuentes de prescripciones morales, sentimientos estéticos que adquieren el carácter de valores sociales cuando pasan a tener importancia general.

Dos importantes aspectos de la vida de la sociedad están determinados por el ser social y por la conciencia social. Y por la interrelación existente entre ambos. Ser social es la vida material; conciencia social la vida espiritual. El ser social es la vida económica de las personas en la producción de bienes materiales y es también las relaciones que las personas contraen en el proceso de producción, distribución, intercambio y consumo de esos bienes. La conciencia social se extiende a la vida espiritual e ideológica de la sociedad. Las interrelaciones entre ser social  y conciencia social son de gran complejidad y contradictorias. La conciencia social puede retrasarse o adelantarse con relación al ser social, al desarrollo de la vida material de la sociedad. La conciencia social contiene una independencia relativa sobre el ser social dado su carácter activo. Las ideas, las teorías con que se guían grupos de personas, en actividad, en acción, se transforman en fuerza material. Si esas fuerzas materiales son progresistas aceleran la historia, aceleran el desarrollo de la sociedad; si en cambio, son reaccionarias, frenan el desarrollo de la sociedad.
La relación entre ser social y conciencia social se desliza sobre la lucha de clases, se abre paso a través de la actividad del Estado, de los partidos políticos y de un intrincado sistema de relaciones político-jurídicas. 
“La ley fundamental de la vida de la sociedad consiste en que el ser social determina la conciencia social, y la conciencia social ejerce una activa influencia inversa sobre el ser social” (V. I. Lenin).
“La sociedad humana representa el conjunto de las formas históricamente conformadas de la actividad conjunta de los hombres, los movimientos de las clases, grupos sociales, de las masas populares y personalidades, del funcionamiento y desarrollo de las diversas organizaciones e instituciones”. (F. Burlatski).
Ley. Esencia y fenómeno.
¿Qué significa Ley? El diccionario define a Ley como “regla y norma constante e invariable de las cosas, nacida de la causa primera o de las cualidades y condiciones de las mismas.” También la define como “Cada una de las relaciones existentes entre los diversos elementos que intervienen en un fenómeno.” Existen otras diez definiciones más que no corresponden a lo que estamos desarrollando.
Definiremos a ley como un nexo necesario y como esencia de los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad.
Los nexos, que son regidos por leyes al poseer carácter necesario, se exteriorizan siempre que existan las condiciones para ello. Dichos nexos o vínculos son estables, se repiten y expresan las particularidades más importantes de los fenómenos o procesos de la realidad. Pero la ley no expresa un nexo singular (de un fenómeno) sino general (correspondiente a todos los fenómenos de determinado tipo (la ley del valor lo es para todas las mercancías y no para una en particular y lo es para todos los sistemas sociales donde exista producción mercantil) Engels define a la ley como una forma de universalidad.
Por supuesto, existen leyes específicas, leyes que abarcan un círculo estrecho de fenómenos (se señala que la ley de aceleración actúa sólo en mecánica); existen leyes de carácter más amplio, que abarcan más procesos (la ley de conservación y transformación de la energía) y por último las leyes más generales, que abarcan todos los objetos de la realidad sin excepción, es decir, que abarca, la naturaleza, la sociedad, el pensamiento: son las leyes de la dialéctica.
Las leyes no son creación de la conciencia, las leyes existen son objetivas y actúan independientemente del conocimiento o no que la gente posea de ellas. Pero se las descubre. El descubrimiento de leyes es un proceso complicado donde intervienen el pensamiento, el conocimiento y la experiencia. Se analiza e investiga el fenómeno y se llega hasta su esencia.
Esencia y fenómeno son características del objeto y se encuentran dialécticamente interrelacionados entre sí. En la esencia se expresan todas las leyes inherentes al objeto. Se trata de la relación interna que integra en un todo las distintas características del objeto. La esencia descubre la unidad en la diversidad de propiedades del objeto. En cambio, los fenómenos contienen las propiedades y características externas del objeto. Los fenómenos son percibidos mediante el conocimiento, mediante las sensaciones, mediante percepciones y representaciones.
Es en el fenómeno (externo) donde se manifiestan las leyes que constituyen la esencia (interno) del objeto. La esencia se manifiesta en el fenómeno y  éste revela la esencia, la refleja. “La esencia aparece. El fenómeno es esencial” Lenin.
Esencia y fenómeno componen un todo y manifiestan una contradicción dialéctica. El fenómeno no coincide con la esencia y puede expresar deformadamente sus vínculos internos. “... si la forma de manifestarse (el fenómeno) y la esencia de las cosas coincidiera directamente, la ciencia sería superflua”. Carlos Marx.
Y la ciencia no es superflua pues su tarea consiste en descubrir la esencia en el fenómeno, es decir, en su manifestación externa. Su tarea consiste en descubrir las leyes que están detrás de los aspectos externos del objeto.
Comparado con la esencia, el fenómeno es dinámico y aquella estática, lo que no significa que no se modifica. La esencia se modifica, se desarrolla en procesos complicados y contradictorios. El fenómeno es más rico que la esencia pues contiene el descubrimiento de los nexos fundamentales, todas las relaciones causales posibles, los rasgos individuales, etc., lo que lo hace más ágil que la esencia.
La investigación de esencia y fenómeno conforman etapas del desarrollo del conocimiento. Se puede llegar a la esencia de los objetos o cosas por el pensamiento teórico. “El conocimiento teórico descubre el objeto en su carácter concreto, como un complejo sistema dialéctico de relaciones necesarias, de leyes con el cual reconstruye la esencia del objeto” I.  Blauberg
Conceptos y categorías
En este capítulo hemos hecho referencia a los términos concepto y categoría. Vamos a tratar de explicar qué es lo que significan y cuáles son sus valores más destacados
Lenin afirmaba que “para llegar a ser comunista hay que enriquecer indefectiblemente la memoria con los conocimientos de todas las riquezas creadas por la humanidad” y hay un aforismo expresado por el físico Max Laue (Nobel de Física 1914 por su descubrimiento sobre difracción de los rayos X a través de cristales) que expresa “La instrucción es lo que queda al hombre cuando olvida todo lo aprendido”

¿Qué es lo que queda y es tan valioso?  Señalaremos tres aspectos:
1.      Las formas y modos del pensamiento
2.      Los métodos para abordar el objeto a ser estudiado
3.      Los procedimientos
En síntesis, lo que queda es lo que podríamos denominar: INSTRUCCIÓN.

Por ello, antes de entrar de lleno a definir qué son las categorías vamos a operar con otras palabras que, en realidad, también son categorías o conceptos.

El diccionario le otorga a la palabra CONCEPTO ocho aceptaciones: 1. “conceptuoso” aplicado a una persona  aguda, llena de conceptos; 2. Idea que concibe o forma el entendimiento; 3. Pensamiento expresado en palabras; 4. Sentencia, agudeza, dicho ingenioso; 5. Opinión, juicio; 6. Crédito en que se tiene a algo o alguien; 7. Aspecto, calidad, juicio y 8. Feto (anticuado). Para el diccionario “formar conceptos es determinar algo en la mente después de examinadas las circunstancias”.

Víctor Afanasiev, en sus importantes investigaciones, nos advertía que si bien el cuadro de los sentidos es “extraordinariamente rico y pintoresco”  es a la vez “limitado y muy incompleto”. Afirmaba que el conocimiento sensitivo nos da sólo “la impresión de algunos aspectos exteriores de las cosas” Y resumía esa apreciación de esta manera: “la cognición sensual no puede dar a conocer la naturaleza interna de las cosas, su esencia, las leyes del desarrollo”

Los fenómenos que no se manifiestan en nuestros sentidos, su construcción interna, las leyes que lo producen surgen a la luz a través del conocimiento. Conocimiento que se apoya en el pensamiento abstracto o lógico.

La cognición lógica es una fase superior de la evolución del conocimiento. Se constituye en el medio para poder conocer las propiedades y características principales del objeto y adquiere una forma fundamental, que es el CONCEPTO.

El CONCEPTO se niega a reflejar todos los aspectos de un objeto pues se centra únicamente en los esenciales, haciendo abstracción de los secundarios.

Este ejemplo que da Afanasiev nos permite aclarar con más precisión lo que estamos describiendo:

“Tomemos por ejemplo el CONCEPTO “Hombre”. En él no se reflejan todos los rasgos de cada persona por separado. Este concepto no implica datos de nacionalidad, edad, lugar y tiempo en que vive, etc. En él se fija únicamente lo general y esencial de cada persona: la actitud para trabajar, para producir bienes materiales, para pensar”…

Los CONCEPTOS surgen tras una larga actividad generalizadora del entendimiento, son productos históricos que concentran enormes números de datos que provienen de la cognición sensual, pues al iniciar el estudio de los objetos mediante los órganos de los sentidos, el hombre pudo compararlos y confrontarlos y pudo extraer de ellos lo general desprendiéndose, de esa manera, de lo secundario, de lo superficial, de lo casual.

Los CONCEPTOS son flexibles y dinámicos pues son el reflejo de un mundo en mutación, de un mundo en constante desarrollo y cambio. De esa manera se pueden perfeccionar CONCEPTOS ya existentes y formar nuevos, que correspondan a las nuevas condiciones objetivas que se forman.

De los conceptos más generales del pensamiento surgen las CATEGORÍAS. Y aquí volvemos a hacer una nueva distinción. No todos los conceptos se convierten en categorías, sino aquellos más generales.

Una ciencia no es sólo un sistema de leyes, es también un sistema determinado de CATEGORÍAS, lo que significa decir, un sistema que integra los CONCEPTOS MÁS GENERALES que se forman en el curso de su desarrollo y constituyen su base.

El PENSAMIENTO consiste en operar con objetos ideales mediante actos mentales, pero esos objetos ideales pueden participar de operaciones mentales sólo cuando encuentran la forma de expresarse, y esa forma de expresión, la más común, es la PALABRA. De esta manera, la realidad del pensamiento tiene su vía de expresión en el lenguaje que nos posibilita formar actos mentales y desarrollar la propia capacidad de pensar.

Las palabras son objetos ideales, el medio para que pongamos en acción el pensamiento que se expresa en el lenguaje. LAS PALABRAS SON LAS PORTADORAS DE LOS CONCEPTOS que nos permiten analizar e investigar.

El lenguaje nos permite transmitir lo inmaterial, nos posibilita la comunicación y organización social, nos permite materializar los resultados del pensamiento, de las acciones prácticas de las personas, de la humanidad, y actuar como un poderoso factor de transformación social. El LENGUAJE es un sistema de señales pero no el único. En el desarrollo histórico se incorporan nuevos sistemas de señales que van, no sólo en su auxilio, sino que lo complementan: son los símbolos químicos, técnicos, matemáticos, etc., que permiten EXPRESAR CONCEPTOS EN FORMA ABREVIADA y además, gran ventaja, suelen ser exactos y unívocos lo que les permite desempeñar un papel importante en el desarrollo de la ciencia y la técnica.

La “flexibilidad” característica del idioma hablado, donde una palabra puede ser interpretada con contenidos diferentes (la palabra “AMO” puede interpretarse como amor o como dueño) no está integrada en los signos auxiliares (H2O es siempre agua, pero este signo no sólo designa unívocamente de que se trata del elemento agua sino, además, define su composición interna).

Las formas del pensamiento pueden ser simples o complejas y la manifestación de esas formas son estudiadas por una ciencia especial: La LÓGICA. Ciencia que investiga, además, los métodos y medios especiales y complejos en el pensamiento científico más avanzado.

La lógica ESTUDIA LOS CONCEPTOS.

El CONCEPTO es la forma del pensamiento en el que se reflejan los objetos, las relaciones entre ellos, sus propiedades y todos los fenómenos del mundo objetivo.

Ese reflejo se produce en forma generalizada en el concepto. Por ejemplo: cuando decimos “palmera” no nos estamos refiriendo a un tipo particular de palmera, a una planta concreta, sino a la palmera en general, al conjunto de RASGOS GENERALES de esa planta, no a los particulares.

El CONCEPTO carece de evidencia sensible pues no refleja directamente las imágenes de la realidad externa, la que sí es percibida por los sentidos. En el CONCEPTO pueden reflejarse objetos, sus propiedades y sus fenómenos que no son detectados por nuestros sentidos.

En los conceptos se conservan todos los resultados logrados por la actividad práctica de las personas, actividad que, en su desarrollo, va generando nuevos conceptos, mejorando, confirmando y desechando anteriores. LOS CONCEPTOS NO SON NI ESTÁTICO NI INMUTABLES. EL CONCEPTO ES EL ELEMENTO BÁSICO QUE NECESITAMOS PARA PENSAR. Cuanto más conceptos incorporemos y cuando más ricos sean sus contenidos, más grande será el pensamiento.

Pero el concepto aislado no nos otorga el pensamiento, se necesita lo que la lógica denomina JUICIO cuya expresión verbal es la oración que nos permite manifestar el pensamiento.

Ciertamente los juicios pueden ser verdaderos o falsos y para intentar determinarlo se requiere la correspondencia de nuestros pensamientos con la realidad, la correspondencia con el mundo objetivo.

Afirmación: La Luna es más pequeña de la Tierra ¿Verdadero o falso? Verdadero pues la realidad objetiva demuestra que es así. No porque la vemos más pequeña.

Afirmación: el Sol es más pequeño que la Tierra ¿Verdadero o falso? Falso. Entonces ¿Porqué durante varios siglos muchísimas personas afirmaban que sí lo era? Evidentemente se lo ve más pequeño, incluso que la luna. Y del resto de las estrellas ni hablar. ¿Qué falta? El conocimiento y muy especialmente el razonamiento, razonamiento que surge de vincular los juicios entre sí. Lo que equivale a decir: tener criterio.

TODOS LOS HOMBRES SON MORTALES. SÓCRATES ES HOMBRE
LUEGO, SÓCRATES ES MORTAL.

Ejemplo clásico de razonamiento enunciado por Aristóteles. ¿Sencillo?: sí, pero no fue nada fácil arribar a esa conclusión, a la que aún, muchos no acuerdan.


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